30/1/09

Espero.....

Los sonidos del trasnocho, dos gatos agarrándose en medio de un jardín oscuro, porque sí. Dar una y mil vueltas sobre el mismo punto, tratando de acomodarse. Escuchar el despertador, levantarse, mirarse al espejo siempre de la misma manera, cepillarse los dientes empezando por el lado izquierdo. Pasar revista de lo que hay alrededor, fumarse el último cigarrillo de siempre, expulsar ese suspiro profundo que nunca llegará a su destino. Quedarse mirando fijamente ese punto inútil, pensando en cualquier cosa menos pensar realmente en algo. Dejar que se consuma de a poco el humo, un poco de vida que se escape en medio de esos dedos frágiles que andan flotando en el aire como perdidos en el inmenos universo de su vida significativa para el que los posee, pero completamente absurda para todos los demás.

Un poco de cebada de más en el estómago, unas palabras que van y vienen, otras que se quedan trancadas en la mitad del camino, quizás aniquilidas por la frialdad de su creador o simplemente ectravíadas entre lo que no se quiere escuchar. Otra vez el último cigarrillo de siempre, un suspiro menos fuerte que el de la mañana, una mirada perdida solamente oyendo, sin escuchar lo que dicen. Un sí para todo, un tal vez para casi todo, un gesto imperceptible de desaprobación para todo lo demás. Todo da igual y al mismo tiempo cada detalle de movimiento, cada parpadeo, cada movimiento de cabeza, cada paso, cada sitio que se pisa es un universo entero que hace de nuestra presencia algo soportable y leve en los caminos que se recorren. Un apretón de manos, palabras tan gastadas como el adiós, roídas ya por el paso de tanto tiempo que es increíble que sigan con vida todavía.

El camino nunca es el mismo así sea el que se recorre todo el tiempo, pero siempre hay un poco de ligerezas que cambian cada paso que damos sobre él. Los respiros se nos hacen más cortos y no sentimos las manos de la misma manera que antes, nuestros ojos ven los colores con diferente sabor, escuchamos aquellas voces que reconocemos con un color diferente. Nos detenemos, pensamos, actuamos, retrocedemos, seguimos adelante, reaccionamos, dormimos, comemos, hablamos, leemos, escribimos, contemplamos, nos quedamos absortos, nos aburrimos, los aburrimos, nos aburren. Y siempre habrá un último cigarrillo, un último adiós interminable y desgastado, suspiros que nunca han sido creados, dedos colgando tratando de liberarse de su destino implacable. Siempre habrá un poco de vino, alguna sobra de pensamiento que podamos agarrar, unos pasos que nos podamos ahorra y otros tantos que le podamos donar al verde prado que nos acoge.

Siempre sobrarán lamentos, un apretón de manos, un poco más de agua, un poco menos de cordura. Siempre faltará más locura, menos decir sin decir nada, más inventos sobrenaturales, menos de todo y más de un poco. Y otra vez los pájaros cantarán siempre a una hora que no les corresponde, y entrará el golpeteo de la lluvia por medio de la ventana a nuestros oídos, e iremos de a poco abriendo de nuevo los ojos, y quedarán los úlitmos cigarrillos de siempre, y el adíos desgastado y el hola en estado de coma. Y el espejo siempre será el mismo, pero nuestra cara habrá cambiado sustancialmente y todo, todo de nuevo será igual que el día que siempre ha sido, o el que siempre quisimos que fuera, pero al final siempre, sin ninguna duda, todo tiene una pincelada maestra que cambia absolutamente todo, hasta el más suave de los suspiros que se expulsarán en medio de la soledad atribulada de la inmensa compañía. Y espero por mí, y espero por las palabras que no queden suspendidas en el aire, y espero que mis dedos encuentren a otros jugando en el inmenso vacío de sus vidas y se enlacen y surja todo un nuevo brillo ante el sol, y que la luna vuelva a amparar de noche a los gatos negros que pelean hasta morir por acariciar la inmortalidad de la lluvia.

27/1/09

Lo que queda

Y no queda nada bajo la superficie, ni siquiera los escombros de lo que alguna vez fue. No queda nada bajo los escombros. La luz se ha desvanecido mientras deambula en medio de la oscuridad, tratando de hacerla visible, pero es demasiado tarde. Quedan las piezas sueltas de palabras que nunca fueron nombradas, letras que se conjugaban perfectamente en esas cartas que nunca llegaron, esas que nunca se escribieron. Pero bajo la superficie no queda nada, ni siquiera la más remota gota de suspiro, ni siquiera una gota de olvido, de amor, de desecho, de futuro o de pasado. Bajo la superficie no queda más que el intenso ruido de la nada que lo colma todo y parece consmuir de a poco lo que queda.

Se han ido todas esas lágrimas, todas esas risas, esos párpados y esas caricias al alma que tanto le gustaban. Ahora solamente queda seguir andando, en medio del bullicio silencioso de un pantano de palabras que tratan de salvarse de su inevitable olvido. Se oye el romper de una hoja y aullan las palabras que han sido mutiladas sin piedad, sin ni siquiera haber logrado nacer y expresar tan profundo sentimiento para las que fueron creadas. Parece una masacre, algunos pequeños pedazos aquí y allá de lo que pudo haber sido. Así mismo cada rasgado sobre las palabras es una cicatriz más en el alma, un sonido menos que producir, una lágrima más que perder y un paso en vano adelante.

Ha sido una guerra injusta, como casi todas, una guerra que antes de comenzar ya estaba perdida, pero que sin embargo tenía ese aroma a coraje inevitable grito de batalla. Pero era solo contra el mundo, el resto, los demás, esos aquellos que miraban siempre con recelo, los que mataban con dagas en sus ojos, los que sin decir nada y con un ademán espantaban cualquier intento de suspiro que quisiera emitir. Sí, solo contra el resto, todo aquello que lo rodeaba, sus armas nada más que una pluma, algo de papel, un poco de esperanza, un poco de pasión, de humanidad y también altas dosis de abandono, para ser capaz de echar a la deriva tan preciadas combinaciones poeticas de vida en palabras sin sentido.

Ahora no queda nada bajo la superficie, todo ha sido masacrado por aquellos sordos que se han tapado los ojos y han decidio continuar sin escuchar ni ver la realidad de la hoja de otoño, de los besos de los enamorados, de las mentiras verdaderas, de las verdades falsas y de apretones de mano confiados. No queda más que un recuerdo propio de la lucha, esa batalla sin fin contra sí mismo sin pretender vencer a nadie, Solamente queda un vago pasaje de esa vida que se pierde cada vez más en los pantanos profundos de la incertidumbre de cada paso. Y se colma todo con un aroma tan dulce que parece mentira, un aroma que fácilmente podría trasladar a cualquiera a esos inmensos campos llenos de nada, de lo neutro, sin decir palabra. Aquellos campos que producirían la más profunda emoción en los corazones vencidos y olvidados. Ese aroma que nos promete otros tiempos, otros pasos, otras miradas. Tiempos sin apretones de manos, sin verdades falsas o falsas verdades, todo aquello que se supone y no es.

Pero desafortunadamente es solamente un pequeño instante de redención lo que acaba de zurcar los vientos y se desvanece así como todo lo demás, y pasa, y se olvida, y se mezcla con ese feroz aroma de realidad. Ya no queda nada bajo nadie, ni siquiera la nada queda, se ha evaporado todo en un instante, ese mismo instante en que se despierta desconcertado, perdido, mareado. Ese instante en donde mira alrededor y comienza a reconocer todo aquello que esta cerca, todo desaparece en ese mismo instante en que se abren los ojos y se encuentra frente a frente con sí mismo, jugando en medio de una sopa de palabras, esas que se escaparon y se fueron a jugar con la lluvia, aquellas que morirán de pulmonía y jamás podrán ser pronunciadas de nuevo. Ya no queda nada, ni bajo la superficie, ni sobre ella, todo se ha ido con el chasquido de los dedos, que nos hace despertar y hace que toda realidad se convierta en todo aquello que consideramos una, pero que no es más que la gran mentira que vivimos.

23/1/09

Nosotros

Se ha dicho, o han dicho diferentes corrientes de nuestro planeta, que la humanidad ha llegado a niveles de evolución sorprendentes, desde que evidentemente se conocen los datos sobre la aparición del hombre y demás. Es posible que muchos de estos círculos científicos, sociales y demás tengan algo de razón. Si tomamos la evolución de la raza humana en cuanto a organización social, tecnología y avances científicos en general, es posible decir que si, de alguna manera hemos logrado un nivel de comunión de todas estas áreas para hacer la vida un poco más fácil, entendible y de cierta manera cómoda para muchos.

Ahora bien todo esto es una verdad a medias, esa es la verdad que nos quieren vender todos aquellos que trabajan en ese tipo de medios y que están involucrados con ese tipo de movimientos que producen este tipo de cosas. Si vamos más allá de la parafernalia del mundo consumista, salvaje, moderno, la cosa no es tan cierta. El progreso, como lo llaman los modernos y aquellos dedicados a él, supuestamente, creen que se trata de hacer carreteras, edificios más altos, teléfonos móbiles con más funciones, conexiones más rápidas, y cosas que nos aligeren el peso de la vida diaria. Si, nadie niega que el hecho de que un país, como muchos del primer mundo, con carreteras bien cuidadas y construidas, puentes, edificios, aereopuertos inmensos y facilidades para muchas otras cosas, hacen que la vida funcione mejor, sea más organizada, sea viable y sea de buen nivel, gracias a que las cosas en su gran mayoría funcionan como deben ser, sin mucha corrupción, con los impuestos invertidos en lo que es y con razones sueldos para la supervivencia de un ser humano. Todo esto es cierto y de alguna manera, visto de este punto de vista, si es un tipo de progreso, progreso material evidentemente, pero una forma de progreso.

Ahora el problema radica precisamente en que nos han vendido, y muchos nos hemos creido muchas veces y otros siguen creyendo que ese es el único tipo de progreso que existe, hemos llegado al punto de la arrogancia humana al decir que eso es lo que es progreso y lo que importa y que más allá de reforzar otros aspectos del ser humano lo importante es sacar al mercado mejores computadoras, más rápidas, móbiles con más funciones, etc. La verdad es que el progreso, o ese tipo de progreso, nos ha vuelto arrogantes a más no poder. Hemos llegado al punto de creer que tenemos el poder de decisión sobre muchas cosas, algunas razas y países hasta han creído que van a salvar al mundo o que lo van a cambiar. Hemos llegado al punto de la ridiculez de creer que somos los únicos seres vivos en nuestro sistemas solar, porque todavía nadie acepta, puede que por miles de razones diferentes a la arrogancia, aunque estoy seguro que ésta esta incluída en una de ellas, que existe o puede existir vida en otros planetas. Somos tan absurdos que hemos llegado a creer que nuestros actos no tienen consecuencia en nuestro entorno y aún seguimos pensando que todo se puede solucionar y que habrá un superhéroe científico y demás que encontrará la solución al problema climático, a la extinción de especies y demás. Estamos tan inmersos en ese "progreso" que nos han vendido que creemos que nosotros somos la raza última de la evolución.

Lastimosamente estoy casi cien por ciento convencido que estamos errados por completo en este concepto. Es posible que como seres inteligentes hayamos avanzado en muchos aspectos precarios de la vida y materiales de la misma, pero a grandes rasgos nos falta demasiado por aprender de lo que somos y lo no tan evolucionados que somos. En la naturaleza existen millones de plantas, animales y demás que nos podrían enseñar tantas cosas sobre la vida misma, medicinas, que ya se han encotrado en plantas, señales de cuando puede ocurrir una catástrofe por las aves o las estampidas de animales. Claro que todo esto de alguna manera se ha estudiado, no digo que no sea así, pero se ha quedado en algunos pequeños avances en cuanto a nuestra vida, en términos reales falta demasiado por aprender de nuestros semejantes, seres vivos que comparten con nosotros este planeta, para poder evolucionar un poco en cuanto a nuestra forma de vivir, ver la vida y ser realmente avanzados como raza. Es increíble pensar que los grandes pensadores que se encuentran en la NASA estén buscando oxígeno y agua en Marte, porque según ellos eso determina la existencia humana. Somos tan arrogantes que pensamos que si existe vida en cualquier parte tiene que ser igual a la de nosotros y tiene que tener nuestras condiciones de vida. Quien dijo que un marciano no puede respirar hidrógeno, amoníaco o ácido sulfúrico para sobrevivir. Quizás para nosotros es imposible vivir en esas condiciones, pero ellos no son nosotros, son otros seres que viven bajo sus condiciones, es posible que el oxígeno para ellos sea algo tan mortal como para nosotros el nitrógeno y ellos mismos piensen que es imposible vivir en la tierra, desde su punto de vista.

A veces pienso que nosotros creemos tener la verdad de todo y que la verdad es que estamos cegados como caballos que solo ven el camino de enfrente y no se dan cuenta que hay otras opciones igual de válidas, puede que no muy comprensibles para nosotros, pero igual de válidas que hacen parte del inmenso universo. Todo esto también se reduce a cada persona, personas que creen que su vida es más que la de otros por algún tipo de éxito o valor material que poseen más que otras personas. Es completamente falso que la vida del pobre sea mejor que la mía o que la de ustedes. Si, en términos reales de materialismo tenemos todo lo que ellos no, pero es que ¿creemos que a nosotros no nos hace falta nada?. Nos falta mucho por aprender de esa persona que vive en la calle, como ellos tienen que aprender mucho de la vida misma y de gente bien, como se diría, como nosotros que por vivir en un sector de la ciudad no necesariamente tenemos todas las cosas que la gente cree que uno tiene. La vida de cada uno es única y la vida de Ghandi no fue mejor ni más o menos importante que la de Beethoven, ni que la de Nietzche, ni que la de Einstein. Ninguno de ellos es más o menos importante que el otro, ni mucho menos más o menos importante que nosotros. Lo digo porque todos estamos jugando el mismo juego y todos tenemos que hacer algo para que el reloj siga funcionando, para que no se detengan las manecillas. La vida de todos es igual de significativa e importante como la de cualquier científico que descubra algo maravilloso como la del habitante de la calle que rebusca en la basura para poder sobrevivir. Quizás no sea un concepto fácil de entender, creo que eso ya lo he podido comprobar, pero la verdad es que todos tenemos que cumplir un camino en esta vida, un tipo de misión, que nos han envenenado la cabeza pensando que el único camino viable en la vida es ser exitoso, con dinero y comodidades es otra cosa. Pero la verdad es que a los que les toca ese camino es porque es su camino y eso es lo que tienen que hacer en la vida, eso es lo que les corresponde a ellos para que las manecillas se sigan moviendo, pero no es más o menos trabajo que el señor que reparte periódicos o que reparte la leche, ese sólo hecho es tan pero tan importante como el que compone una sinfonía o escribe una obra o descubre un adelanto científico. Todo trabajo y toda misión en la vida de cada uno es lo suficientemente importante y poderoso para hacer que todo esto funcione.

Así que por qué creer que soy mejor que el otro, o más evolucionado o más rico o pobre o afortunado o no. Todos tenemos un camino y lo vivimos como mejor creemos que debemos hacerlo, nos equivocamos y acertamos muchas veeces y nada de eso nos hace más o menos que nadie que haya vivido antes, ahora o después y haga las cosas mejores. Al fin y al cabo de eso se trata, de evolucionar, de hacer cosas mejores cada vez, aportar un poco de cada uno para mejorar la calidad de vida espiritual de las personas, la forma de ver la vida, la forma de vivirla, etc. Todo está metido en el mismo saco, todos estamos luchando por lo mismo así no lo creamos, lo vivamos o lo sintamos de esa manera. Deberíamos aprender a vivir este regalo que nos han dado, vivir y experimentar todos esos placeres de la vida y todo aquello que hace que el mundo sea perfecto y hermoso. Disfrutar de la comida de la naturaleza, de la lluvía golpeando la ventana, de los días de sol, de caminar por un parque, de ver las estrellas, de dormir cuando se pueda, del sexo con la persona con la que nos conectamos, de un buen chiste, de una buena compañía, de la música que nos gusta, de viajar, de leer, o de cualquier otra cosa que a cada uno haga feliz. La vida se trata de eso, todo esto es un viaje no un punto de llegada, es aprender a vivir la vida y disfrutarla responsablemente, no se trata de ser excesivos con los placeres de la vida porque no se trata de eso, sino de vivir responsablemente, disfrutar de lo que somos y de lo que vinimos a hacer en este mundo.

Cada uno de nosotros es un ser muy poderoso y valioso, todos por igual, que podemos cambiar muchas cosas si queremos, el problema es que ya muchos estan, y estamos de cierta manera, involucrados en todo este circo que nosotros mismos hemos inventado y vendido a nosotros mismos porque creimos o creemos que es la vida que deberíamos tener. El mundo tiene muchas injusticias, nadie lo niega, pero nuestro trabajo es tratar de que con lo que hacemos algo se mueva y se mejore para que de a poco cuando lleguen los cambios inevitables se mejore un poco el diseño y el modelo del reloj para que haya menos desigualdades en el futuro. Nada pasa de la noche a la mañana, todo es de procesos y de ciclos, como la vida misma, pero debemos de dejar de pensar que somos mejores o peores que cualquier otro porque tenemos un mejor PC, un mejor teléfono móvil o un carro más nuevo que el vecino. Todo eso no nos hace sino más evidentes y de alguna manera visuales para afuera, para el circo en el que nos hemos metido, no es más que dar un acto más para la entretención de los demás, pero por dentro no estamos dando ni siquiera un paso, es más podríamos retroceder unos miles de pasos cada vez que tomamos esa postura.

Dejemos de ser tan arrogantes y no pensemos que nos las sabemos todas o que no nos sabemos ninguna. Dejemos de pensar que la vida se basa en tener lo que nos han dicho que hay que tener y lo que nos han creído hacer creer que es la vida. No, la vida no es estudiar, casarse y tener hijos y ser abuelo y morir feliz en el lugar que siempre quisimos, no, eso es solamente una pequeña parte de la vida que muchos deciden llevar, y no esta mal para nada, pero la vida tiene tantos sabores, matices, sensaciones, sentimientos, olores, miradas, caricias, puntos de vista, lugares, soles, lunas, estrellas, que eso se le queda corto a lo que verdaderamente es la vida. Dejemos de pensar que la meta en la vida es ser el banquero, el abogado, el artista exitoso, no eso es algo que se puede lograr y podemos lograr cada uno si lo queremos y si está inmiscuido en nuestro plan para esta vida. Pero si no lo está no esta mal ser el que ayude a la gente humilde con sus pleitos, o no esta mal escribir canciones para niños pobres, o ser un banquero que hace su trabajo todos los días, por más aburrido que suene, pero lo hace bien y hace que así se mejore el servicio de un punto de atención y miles de ejemplos más que podemos sacar de cada actividad que creemos a veces insignificante de la vida diaria.

Dediquémonos a vivir, a poder disfrutar de la corta vida que tenemos, cada uno verá que lo hace más feliz o por lo menos le proporciona más alegría, ya sea el dormir, el viajar, el leer, el comprar miles de discos, el coleccionar carros, motos, bicicletas, casas, o lo que sea, todo es válido siempre y cuando se haga responsablemente sin irse a extremos y respetando que esto es una playa con miles de millones de granos arena cerca como lejanos y que todos y cada uno de ellos, que somos nosotros, son iguales a nosotros, solamente que con una consigna diferente para mantener la playa limpia, cristalina y perfecta para que sea de las mejores que existan en el universo. Nosotros no somos nadie y somos todos a la vez, así que dejemos la arrogancia de la evolución, del progreso, de creer que unos u otros son mejore o peores por cualquier motivo absurdo que se nos ocurra y vivamos nuestra vida, disfrutemos, hagamos lo que tenemos que hacer para que sea una buena vida y por que no influya otras alrededor y sea un ejemplo de verdadera evolución y progreso. Dejemos la arrogancia que no nos queda nada bien y más bien hagamos lo que tenemos que hacer en este mundo que sea lo que sea es igual de importante, así no lo sintamos, como tantas cosas que de pronto quisiéramos hacer y hagamos el trabajo bien hecho para que todo esto pueda mejorar en vez de deteriorarse cada vez.

19/1/09

Lo que hemos dejado

Todo aquello que nos rodea lo hemos olvidado, ya no es igual andar por ahí, como cualquiera que somos y realmente recordar por qué estamos aquí, o por lo menos creer por qué lo estamos. Hemos olvidado tantas cosas que a veces pienso que ya no somos homo sapiens, sino otro nombre científico para todo aquello que nos hemos convertido. Hemos olvidado tantas cosas que ahora parecemos máquinas dependientes de otras máquinas para crear una cadena inmensa y larga de actividades algo inútiles que simplemente hacen que lo que llamamos mundo siga girando, sin que nos demos cuenta.

Cuándo fue la última vez que saboreamos la crema dental y sentimos el agua fluir por nuestra boca, y la vimos descender en círculos perfectos por el drenaje. Cuándo fue la última vez que contemplamos una fruta y nos fijamos en la perfección de su circunferencia y del sabor dulce o amargo que nos produce. Cuándo fue la última vez que miramos realmente a alguien a los ojos, que tuvimos una conversación sin palabras. Cuándo fue la última vez que realmente dijimos te quiero o te amo a una persona. Cuándo fue la última vez que compartimos con un ser amado un atardecer, un amanecer, un café hecho en casa, cuándo fue esa vez que nod imos un regalo por compromiso sino por realmente sentir que debíamos hacerlo.

Todo eso ha quedado en el olvido, ya no contemplamos el aire, no escuchamos lo que dicen los árboles, no disfrutamos del suelo que pisamos, ni de las miradas extrañas, ni de los tonos de voz irreconocibles. Ya no disfrutamos del sol, de la luna, de contar estrellas en la noche, de comernos una manzana en medio de un verde parque observando miles de pájaros descender y juguetear con las migajas. Todo ha quedado en el olvido, ya quizás ni disfrutamos el levantarnos en la mañana y ducharnos y sentir como el agua recorre nuestro cuerpo. Hasta los besos se han vuelto insignificantes y andamos repartiendolos como si fueran insignificantes. Hace cuanto tiempoq ue realmente no apreciamos esos pequeños de la vida, lo que realmente nos hace estar vivos, el aire, la comida, los colores, el sonido de las calles, del parque, de las aves, de las manos que rozan las nuestras, de las caricias de vientos calientes y fríos. De conocer nuevos lugares, de apreciar la belleza de nuestras propias obras, de compartir palabras amables, sonrisas, un apretón de manos con algún desconocido.

Hemos olvidado casi todo lo que nos hace lo que somos a través de tantos años. Hemos olvidado lo valioso que cada cosa insignificante tiene en nuestras vidas. Hemos convertido todo en una rutnia sin vida, sin sensación, sin emoción. Todo se ha convertido en una lucha por no quedarse atrás de cosas que realmente no existen, de cosas insignificantes como poseer el último computador, el último modelo de carro, la casa más grande, la ropa del diseñador exclusivo. Se nos ha ido la vida en luchar por la insignificancia, por aquellas grandes cosas que no hacen sino opacar lo que realmente somos. Así es como hemos olvidado la amabilidad, lo suave y áspero de las texturas, lo profundo de los mares, el paisaje que hace nuestro entorno.

Quizás sea una maldición que generalmente durante gran parte de nuestra vida acutamos como idiotas, y nos cerramos a vivir lo que creemos es la vida. Al final de ella, seguramente cuando estemos solos o por lo menos alejados de nuestros seres queridos, o cuando poco a poco nuestra vida y la de muchos que nos rodean se vayan extinguiendo, recordaremos y suspiraremos por haber tenido más tiempo para pasear por el campo, por aceptar ese dulce de aquella persona, por haber probado algo nuevo que se nos presentó, por haber disrutado un poco más con esa persona amada. Por haber contado más cuentos, por haber leído más cuentos, por haber disfrutado de todo lo que se nos ponía enfrente. El miedo es quizás nuestro mayor karma y es muy difícil quitárselo de encima, quizás también son nuestros estereotipos y paradigmas lo que hacen que no podamos vivir a plenitud nuestra existencia y que muchas veces la creamos precaria, sin sentido y solamente nos enfocamos en lo que supuestamente la vida moderna nos ha dictado como forma de vivir.

Ojalá y pudiéramos olvidarnos de tanta idiotez y podamos empezar a tener una vida, llenarla de recuerdos, de sonrisas, de lágrimas de alegría y de tristeza. Ojalá pudiéramos tener toda una vida de abrazos, caricias, palabras y momentos significativos con aquellas personas que nos rodean. Ojalá y pudiéramos tener la oportunidad de realmente disfrutar la más leve lluvia, el más leve verano, los atardeceres que no se ven, los amaneceres muertos del frío. Ojalá y volviéramos a contemplar el aroma de un café en la mañana, del rocío de la lluvia, del olor de las frutas, de la niebla, de la oscuridad y de la luna. Ojalá y comenzáramos a vivir más temprano que tarde, porque el tiempo es implacable y no nos perdona ni da vuelta atrás, siempre llegará la hora en la cual nos vamos a arrepentir por tantas cosas que dejamos pasar y que por más simples que parezcan, es lo que realmente hace que la vida sea lo mejor que podamos tener.

El conflicto

Creo que todos hemos escuchado noticias sobre el problema que existe en la franja de gaza estas últimas tres semanas. Todos sabemos, de una u otra forma, el conflicto que se ha vivido en esta parte del mundo desde hace ya unos cuarenta años, quizás un poco más, entre los palestinos y los israelitas. Yo no quiero entrar en polémicas sobre de qué lado debería estar la gente, tanto la común y corriente como los políticos y demás y tampoco quiero dar la impresión de ser antisemita o algo parecido porque la verdad he tenido suficiente contacto con la comunidad judía, y menos con la comunidad árabe. Pero en estos asuntos hay que ser sinceros y además hay que ser realistas y claros en cuanto a cómo son las cosas.

Todos sabemos, y para los que no lo sepan, que de seguro no serán muchos, Israel es un estado creado después de la segunda guerra mundial como una disculpa del mundo ante el pueblo judío por la masacre de más de seis millones de ellos durante los años de la guerra. Originalmente y para no hacer el cuento tan largo a Israel se le concedió un terreno, pedido por ellos, para que se reubicaran y vivieran todos como un país y tuvieran ese reconocimiento. Obviamente por tradición religiosa, al fin y al cabo de eso se trata ser judío, les concedieron algunas zonas en lo que se puede denominar palestina o el antiguo reino de los egipcios y demás, en dónde por cuestiones históricas se forjó la religión judía. Hasta este punto digamos que más allá de una ridiculez política de otorgarles un espacio a los judíos como disculpa por los crímenes del señor Adolf Hitler, todo está bien, pero ahora las cosas se complican.

Luego de unos pocos años de que algunos, no muchos, judíos llegaran a lo que ahora es el estado de Israel, estos, gracias a su poder económico, político y demás que siempre han tenido, comenzaron a expandirse de manera arbitraria por los territorios palestinos no solo matando gente sino desplazando sin razón alguna a cualquiera que se interpusiera en su camino. Esto no se ha detenido con el paso de los años y desde el comienzo de este exilio y matanza a la fuerza los judíos han ido apropíandose de territorios que no les pertenecen y matando quién sabe ya cuantos millones de palestinos en su colonización y expansión. Y es aquí donde la cosa se pone mal, porque los judíos, dueños irrefutables del mundo para los que no lo saben, se han dedicado a exterminar y violar todo tratado internacional para seguir ocupando territorios que nunca les han pertenecido. Tienen el poder político, económico y el fantasma del holocausto para hacer lo que se les venga en gana y eso es realmente lo que están haciendo, quizás podríamos denominar que todo esto es la venganza de los judíos contra el mundo, en este caso contra un sector del planeta en cuanto a violencia se refiere, en términos reales los judíos ya tienen todo en sus manos y tienen la sartén por el mango.

Es increíble que los judíos ahora sean dueños de más del 90% del territorio palestino y hayan exterminado y desplazado a miles de familias que vivían en lo que originalmente, ahora y siempre, ha sido su hogar. Si recordamos la historia realmente los judíos son una religión, son una forma de vida, más realmente nunca han sido un país ni mucho menos un estado. No todos los judíos viven en Israel o son israelitas, los judíos de hecho siempre han vivido en diáspora como la llaman ellos y se han hecho ciudadanos del mundo entero. En todo país del mundo, del primero, del segundo o del tercero existen judíos en una muy buena cantidad y en todo país dónde haya un judío, éste es dueño de algo importante para ese país. No nos digamos mentiras, los judíos se han aprovechado de la situación del holocausto para hacer lo que han querido de ahí en adelante con el resto del mundo, incluyendo el exterminio de palestinos. Yo no soy partidario del nazismo ni creo que las acciones de Hitler sean justificables y me parece repudiante que haya aniquilado a seis millones de personas por motivos personales. Pero a su vez tampoco me parece que eso sea una excusa y un tema bandera, sesenta años después, para sacar la excusa de que los judíos han sufrido toda su historia y demás y por eso se les den concesiones para que hagan lo que quieran.

Nadie niega que el holocausto fue una tragedia, pero pasó hace sesenta años y quedó en eso, no pueden pagar todos por Hitler y el nazismo, no podemos seguir pensando que pobres los judíos que los han exterminado cuando al fin y al cabo ellos dominan el mundo y no les hace falta nada y nunca les ha faltado nada. Lo del holocausto, como cualquier tema histórico, se cuenta desde el punto de vista del que gana, los aliados, y a su vez desmeritan al enemigo, los nazis, como ha sucedido en todo conflicto, la guerra fría, y ahora la guerra contra el terrorismo (árabes principalmente). Ahora bien todos, por tanta parafernalia, tenemos la imagen del holocausto, mil y una películas han tratado el tema desde miles de puntos de vista, hay documentales y otro montón de cosas que nos han enseñado acerca de tan atroz acontecimiento. Esta bien, todo eso está muy bien, pero es hora de dejar la bobada y pensar que por eso todo lo que hagan los judíos esta bien y pobrecitos ellos toca apoyarlos. No señores, esa no puede ser nuestra mentalidad, debemos tener en cuenta que los judíos están acabando con un pueblo, están sacando gente de sus propios terrenos, los que si les han pertenecido toda la vida. Israel como estado es una idea que han tenido los judíos por medio de la religión que dice que la tierra de Israel fue prometida a los tres patriarcas del judaísmo hace muchos siglos, pero en realidad no es un estado que realmente haya existido siempre, fue un estado que se fue convirtiendo en asentamientos judíos con el tiempo y se fue conformando en las tierras descritas en la torah, pero nunca ha sido realmente algo que haya estado ahí siempre, es una idea acerca de Dios y cómo él les había prometido una tierra. Y desafortunadamente estos territorios siempre han sido víctima de invasiones de otros países y de otros reinos, lo cual obviamente ha hecho que los judíos por naturaleza sean un pueblo errante y vivan en todas las partes del mundo.

Los judíos no son un país, son una religión, son un conjunto de creencias y demás, pero no son un país ni pertenecen a nada de esto. Es un grupo de gente que sigue una creencia y que mantienen esa creencia, pero no son un país. Así que de por si el hecho de haber creado un estado como Israel es algo ilógico. Ahora hoy en día los israelitas se han apoderado de casi todo alrededor, siguiendo con su tema bandera del holocausto, porque siempre lo sacan a relucir y seimpre se agarran de él. Yo no tengo nada en contra de los judíos, de hecho me parece una religión interesante y hasta bonita y sabia en muchos rituales y diferentes corrientes que han surgido de los estudios del judaísmo y demás. Pero no por eso debo decir que ellos tienen todo el derecho a hacer lo que están haciendo. Hamas es un grupo separatista que por medio de la violencia trata de hacerle ver al mundo que los judíos se están apoderando del mismo y lo único que quieren ellos es que Israel se quede donde se supone se debe quedar. No apoyo la forma de combate de Hamas tampoco, ni me parece que este bien lanzar rockets ni nada de eso, pero tienen más razón que los judíos que han llegado al punto, estas últimas tres semanas, de entrar en territorio palestino y controlar la franja de gaza, que es lo poco que les queda a los palestinos, para derrotar a Hamas. Han muerto más de mil palestinos, muchos niños, mientras que si la cuenta israelí asciende a cincuenta muertos es demasiado, y aún así los israelitas exigen demasiadas cosas de Hamas para retirarse, como el cese de lanzamiento de rockets, lo cuel en cierta forma es lógico si no tuvieramos en cuenta que ellos los lanzan del poco territorio que tienen a cualquier parte con la suerte, para ellos, de que caiga dónde esperan que lo haga, pero sin la presencia de un ejército israelí, mil veces más poderoso, respirándoles en la nuca y presentes en su territorio. Eso para mí no tiene ningún sentido, los invasores son otros, los que estan ahí atacando escuelas y oficinas de la ONU, que puede que no sirva para nada pero sin embargo tiene un tipo de peso el nombre, son ellos y ellos son los que entraron a la fuerza.

Es increíble que el mundo no se dé cuenta que realmente los que cometen las injusticias son los judíos, ellos son los que se han metido y han sacado a la gente de sus casas, ellos son los que a pesar de ser menos tienen mejores armas, mejor ejército y demás en contra de las pocas armas y defensas palestinas. La guerra es el peor de los negocios, pero es el mejor de todos, y creo que nadie en el mundo quiere escuchar de ataques terroristas con hombres o mujeres bomba por parte de Palestina ni ataques del ejército israelí, ni nada que se le parezca. Pero el mundo los ha hecho así unos con más derecho que otros, pero es la triste realidad, ojalá el cese al fuego unilateral dure, pero no creo que mucho, alguna excusa sacarán para seguir en la franja de gaza matando la gente que se pueda porque simplemente se atravesó en la calle. Las guerras son sucias y tampoco defiendo los métodos palestinos de ataque, como usar civiles como escudos o refugiarse en lugares que saben que según la normatividad internacional no pueden ser atacados, pero se aprovechan de eso para atacar. Todo eso es sucio y no es leal ni de un lado ni del otro, pero si debo decir que aunque no soy antisemita y sé que los judíos sufrieron mucho por el holocausto y que es de lo más horrible que la humanidad ha visto, eso no es excusa para hacer lo que hacen. Estoy de lado de los palestinos, deben sacar a Israel de esos lugares y que se atengan a los territorios que les habían dado en primera instancia, si no estan contentos ahí si como dicen, de malas. Debería existir más control internacional sobre Israel y sus acciones, desafortunadamente los judíos corren con el respaldo de Estados Unidos, un país netamente judío en cuanto a su economía, y eso no permite por ahora otra acción en contra de sus acciones.

Pero llegará el día en que los palestinos de verdad se pongan violentos o reciban ayuda de sus vecinos y se arme de verdad una guerra sin precedentes. Porque a la final son más los árabes en toda la zona que los mismos judíos, y no crean que ellos se van a quedar tranquilos eternamente, en algún momento algó va a pasar que realmente vamos a lamentar todos, no sólo ellos, y veremos realmente las consecuencias de no cumplir con lo que se debe y de actuar bajo excusas y banderas del pasado. Quizás el mundo aprenda entonces a convivir y a entender un poco más como deben ser las cosas, lo único lamentable es que quién sabe cuanto mundo quede después de eso, amanecerá y veremos.




14/1/09

Rompecabezas

¿ Y si vuelo y no puedes encontrarme en medio del paraíso de tus sueños, ni en la blanca noche de tu corazón?. A dónde irán aquellos cuerpos olvidados por el rocío de la lluvia que deambulan sin camino alguno, que retornan a un sitio no seguro y se pierden en la inmensidad de sus pequeñas y olvidadas almas. Almas que han ido una y otra vez, dejando su marca en tantos otros hombres, tan solo con miradas, caricias, gestos y suspiros que son como ráfagas ardientes del universo.

Mi alma, un rompecabezas al que le han hurtado algunas piezas, esas que ya no encajarán porque se han quedado enganchadas en otras almas accidentadas, esas que pasaron por mi lado, las que hicieron parte de mí, esas que arrancaron de a poco esas piezas que quizás ahora ni siquiera permanezcan a su lado. Quizás estan ahogándose en el río de la indiferencia y del olvido, ése que ha sido creado por las lágrimas derramadas por los suspiros olvidos y esos secretos que jamás llegaron a su destino. Es posible que esas piezas que me hacen falta hayan sido encajadas como puente entre otras dos almas y simplemente quede mi rastro en ello, como el fantasma que reúne y divide aquello que es indivisible. Esas piezas andarán rondando en otros corazones, mientras que mi alma está resquebrajada y se pudre a pedazos esperando encajar con alguna otra pieza que vaya por el aire.

Yo solía coleccionar piezas de aquellas otras almas a mi lado, algunas las conservé en un pequeño cajón, lejos de la luz y de la oscuridad, lejos de los gemidos, de las palabras obscenas y de las mentiras e irrealidades del mundo real. Solía cuidarlas, regarlas todos los días con un poco de recuerdos, con un poco de secretos, de susurros, de suspiros sinceros, de canciones incantables, y de miradas insoportables. Todos los días miraba cada una de esas piezas con esmero, miraba cada detalle, recordaba y olvidaba de a poco cada una de las cosas que habían dejado por ahí, suelen ser desordenadas a veces y hay que limpiar el desorden de vez en cuando. Luego pasaron a un tarro, un tarro cualquiera, algo que las mantuviera más seguras y alejadas de mi propia insensibilidad y olvido, supongo que entre ellas se podían hacer compañía, hablar, criticar acerca de mí y de cómo me quedé con cada una de esas piezas hace tantos años y tantos días y demás trivialidades de la vida de una pieza que hace parte de un alma.

Ahora he abierto el tarro, no las he aniquilado ni mucho menos, no las olvidé, ni las dejé en cualquier parte abandonadas, les dije que eran libres, que buscaran sus almas originales y que encontrarán si aún existía ese espacio que habián dejado para que volvieran a hacer parte de lo que siempre han sido. Tomó un tiempo pero cada una se fue desvaneciendo con el tiempo, ya no podía observarlas de la misma manera, ya no percibía los susurros de la lujuría ni los recuerdos que me transmitían. Un día simplemente ya no estaban y solamente me dejaron un halo de suspiros de quizás un poco de agradecimiento y algo de histeria y de resentimiento por el trato que les dí. Y así el aire se limpio, todo huele diferente, todo tiene un tinte diferente y no sé que habrá sido de ellas, no sé si llegarían a su destino o si realmente tendrían alguno.

Yo sigo esperando en medio de tantas flores marchitas y otras tantas vivas, en medio de tanto verde y algo de gris a que se llene el espacio que tengo vacío. Que alguien libere mis piezas y dejen que busquen el camino a casa, que encuentren ese punto exacto en dónde estaban, que no ha sido llenado por ninguna otra pieza o abandonado a su suerte, todo está exactamente igual que cuando se fueron, los mismos suspiros, susurros, gemidos y miradas al infinito se encuentran en el mismo lugar de siempre, esperando ser ocupados por sus dueños. No sé si quizás ya anden merodeando por ahí esas piezas sueltas de mi alma, esperando caer en algún lugar, o si se cansarían de buscar su hogar y decidieron entregarse al alma del viento y andarán en el espacio contemplando otras almas perdidas o si estarán formando una nueva.

Suspiro esperando que mis piezas escuchen las súplicas de su ausencia, y que aquellos que han aprisionado esas partes de mi puedan sentir su necesidad. A veces también pienso que es mejor que otros cultiven más esas piezas, tantas ya que perdí la cuenta, que se han quedado enredadas entre otras almas y otras tantas que entregué sin esperar nada a cambio, y que nunca las entreguen, o que las entreguen mejoradas a otros seres que necesiten llenar un poco algún espacio. De pronto es bueno pensar que me las devolverán mejoradas así mi rompecabezas tendrá otro aire y otro brillo y será como un renacer. A veces también me olvido que he olvidado o dejado partes de mi en alguna parte, quizás muchas fueron más que merecidas y otras tantas simplemente idioteces que se cometen. Ahora siento un poco esa falta de encaje en algunas profundidades, y sigo preguntando si al volar podrás encontrarme en el paraíso de tus sueños o en la blanca noche de tu corazón, que quizás sea un poco el mío.

12/1/09

¿Y dónde quedó la palabra?

Palabras, una palabra tan amplía, importante, tan de todos y de nada. Palabras eso que decimos, eso que pensamos, eso que escribimos, eso que cantamos, eso que escuchamos, eso que nos hace ser en parte humanos y eso que hace que podamos tener una interrelación entre todos nosotros. Palabras, esas que se las lleva el viento, esas que se esconden detrás de una vela, esas que quedan guardadas en medio de un cajón roído por el tiempo. Esas que se queman de a poco, esas que las lágrimas desvanecen, esas que se susurran al viento, esas que guardamos para nosotros o le decimos al oído de aquellos seres amados.

Las palabras, una palabra tan sencilla y tan gastada que ha perdido su significado, todo el mundo dice palabras, habla y dice palabras, escribe y salen palabras, piensa y piensa en algún momento en palabras. Si, las palabras son lo que nos hace muchas veces, si no siempre, sentirnos vivos, con ellas maldecimos, nos desahogamos, lloramos, gritamos de alegría, felicitamos y decimos te amo. Las palabras son lo que nos hace muchas veces realmente seres humanos, lo que deberíamos ser, no en lo que nos hemos convertido, las palabras son la que hace que todo tenga sentido y que el mundo siga girando y que de alguna manera por complejo que sea un concepto la palabra puede ayudarnos a entenderlo.

Todo eso hace la palabra, el poder que tiene es inmenso, incalculable e innegable en nuestras vidas. Desafortunadamente con el correr del tiempo, y específicamente con el siglo xx y seguramente el xxi, la palabra ha perdido la credibilidad y la extraordinaria fuerza que ha tenido durante su existencia. Puede ser el ritmo de vida, puede ser la contaminación mental en la que hemos vivido desde la masificación de los medios y en la forma en como presentan la vida en sus obras televisivas y demás. Quizás puede ser una influencia de todo y de nadie lo que nos ha hecho perderle el respeto a las palabras y de realmente hablar por hablar. Desafortunadamente todos y cada uno de nosotros ha caído en ese tipo de juego muchas veces, muchas inconcientemente y otras tantas concientemente de lo que decimos, por tratar de ocultar algo, no decir la verdad completa, inventarnos algo para encajar, para evadir a alguien o una situación. Muchas veces hemos utilizado esa arma tan poderosa para defendernos o para expresar ciertas cosas quizás no del todo ciertas u honestas. Todos hemos caído en el mundo de la mentira y de torcer las palabras y su significado para deshacernos o hacer algo en algún momento.

La palabra está hoy en día completamente pisoteada, quizás en los libros aún encontremos palabras verdaderas, quizás en algunos ojos sinceros y almas no tan corrompidas encontremos verdades y honestidad. Pero en la gran mayoría de personas la palabra se ha perdido, no quedan más que sonidos que se emiten y quedan en el aire, hablar por hablar, decir por decir, sin realmente sentir lo importante que es la palabra, el poder que tiene y lo importante que es respetarla. Hoy la palabra no significa ni siquiera eso, simplemente es la excusa para decirle cosas a la gente y hacércelas creer, luego por la misma palabra tratan de arreglar lo que dijeron antes, creyendo que eso es suficiente. Hemos caído en ese remolino creyendo una y otra vez cosas y luego sacándonos de ahí con las mismas palabras, todos hemos caído en la trampa y hemos sentido cómo hieren o pueden alegrar tan sólo unas palabras.

Lastimosamente el mundo de ahora ha perdido el valor de la palabra y realmente no sabe lo importante que es decir tan solo una palabra y el valor que puede tener. La gente habla por hablar, dice por decir, y no se dan cuenta que todavía algunos vemos en la palabra algo más que caracteres pegados que se dicen y suenan o no bonito, sino que hay realmente una persona, un alma que dice esas cosas, que es algo que sale de lo profundo del ser y que significa demasiado decirlo tanto para el que lo dice como para quien recibe el mensaje. Pero eso no pasa hoy en día, la gente no le pone atención a las palabras, ni las propias, la gente deja pasar lo que dicen por ahí, ya la poesía, la literatura, la música no tiene la importancia de antes porque a la gente no le importa la relevancia de la palabra, la han apuñalado y la han vuelto un juguete, una poca cosa que se puede manejar a la ligera.

La credibilidad del ser humano ya no existe, ha quedado por el piso debido al mal uso de la palabra. Desafortunadamente casi todos estan, y a veces también otros, cayendo en ese círculo de decir por decir sin decir nada, sin que haya mensaje o sin importar lo importante y fuerte que puede hacer ese mensaje y cómo inclusive puede cambiar vidas para bien o para mal. Por cosas de la vida creo que lo más importante que podemos tener como seres humanos como medio de expresión literal y directa se esté convirtiendo en un juego de niños, en algo sin importancia. Si tan solo fuéramos concientes de lo que una palabra puede hacer o unas buenas palabras bien dichas pueden hacer al mundo, no estaríamos dónde estamos ahora y muchas cosas serían diferentes. Pero mientras afuera haya quienes simplemente hablen por hablar, el mundo no será un mejor lugar y se causará mucho dolor entre la gente, algo que muchas veces ni la misma arma que lo causó lo puede curar. Muchas cosas afectan el mundo hoy en día y lo han hecho el lugar que es, bueno para unos malo para otros, pero a pesar de todo eso nosotros mismos como humanos, con el poder del lenguaje y las palabras podríamos hacer muchos cambios. El único consuelo quizás que queda de toda esta pérdida del sentido de la palabra, es el poder descubrir a los tontos que se creen importantes, no saben que con las palabras se puede desnudar el alma de una persona.

9/1/09

Cuidado con lo que deseas

Los seres humanos somos la especie más extraña de todas, más que los miles de animales marinos, insectos y demás seres que habitan este planeta que nos pueden sorprender por su apariencia y comportamiento, nosotros nos llevamos el primer premio. No importa de dónde seamos, ni que idioma hablemos ni nada de eso, la vida es igual en todos los rincones del mundo, cambian algunos detalles como la lengua, el paisaje, la cultura, hábitos y demás, pero la vida es igual para todos en todas partes, solo cambia el escenario. Dado esto no tenemos ni pocas ni muchas excusas para actuar como lo hacemos, realmente somos una especie exageradamente contradictoria y egoísta hasta el punto que esa misma palabra pierde su significado por nosotros mismos.

Digo esto porque definitivamente nosotros, me incluyo, la mayoría del tiempo hablamos y hablamos y decimos cosas, y proponemos y hacemos planes y juramos y re juramos, y prometemos y volvemos a prometer miles de cosas que al final no terminan siendo sino un circo de palabras que con nuestros actos quedan borradas del todo. Esto sucede quizás porque realmente no sabemos qué queremos ni para dónde vamos, también puede ser una medida de controlar todo, de tener todo bajo nuestra vista y sentirnos seguros de todo. En otros casos puede ser simplemente inseguridad, jugar a ser el loco y ver que pasa, pero a la final creo yo, se reduce todo a que somos egoístas y nos gusta pensar en nosotros mismos al final, sin importar lo que hayamos dicho a los demás alrededor o que promesas o compromisos hayamos adquirido.

Digamos que puede ser algo genético, algo que se nos sale de las manos y hace parte de nuestra naturaleza el ser egoístas y aunque no lo sintamos o no lo hagamos concientemente estamos lastimando o por lo menos alejando y haciendo muchas cosas con las personas que nos rodean en nuestras vidas. Quizás no es tan genético, o de pronto sí, pero también nosotros ayudamos un poco y nos echamos la soga al cuello y hacemos cosas deliberadamente para sentirnos seguros y bien yluego damos el golpe final. Es posible que si ayudemos un poco y nos echemos una mano a nosotros mismos a ver que sucede y luego hacernos los locos al respecto y seguir adelante como si nada hubiera pasado.

Pueden ser miles las razones de todo esto, pueden ser miles las maneras de interpretarlo y verlo y de asimilarlo, pero lo cierto es que de alguna manera siempre salimos a defendernos nosotros mismos diciendo que es que no sabes como fueron las cosas, es que todo pasó de repente, todo fue muy raro, no supe que hacer, o simplemente pasaron las cosas, algo me dijo que debería hacerlo, y así sucesivamente, para escudarnos en nuestro error, en que todo eso que dijimos antes no suene tan falso como suena en ese momento en el que ya hemos cometido el daño y hemos dado el paso adelante y hemos causado algún daño a nuestro alrededor. Digamos que es instinto, comprobado, el de autoprotección y el de asegurarse uno mismo por encima de todo lo demás, quizás esa es la razón por la cual en estos casos queremos no quedar tan mal frente a los demás y tratamos de excusarnos con los fenómenos extraños que pasan en la vida, y que por esas cosas extrañas del azar y el destino nos tocó precisamente en ese momento vivirlo y ni modos de hacer algo al respecto.

Todo eso no son más que palabras de egoísmo y autoprotección, el instinto de conservación, el mantenerse seguro y siempre dejar que la culpa se reparta o en su defecto se olvide y quede en el aire. No podemos juzgarnos a la final los unos a los otros, yo no juzgo a las personas que han cometido esos actos conmigo, porque seguramente yo lo he hecho muchas veces unas las recuerdo otras quizás no. No juzgo el hecho de que quizás seamos así y sea algo inevitable y sea una manera de comportamiento eterna para el hombre. Pero en ciertos momentos cuando uno ve otras cosas, abre un poco la mente, se abstrae del mundo en el que vive, se da cuenta que es ridículo y absurdo pensar que nada de eso tiene consecuencias, y que uno no puede hacer de cuenta que nada pasó, que todo sigue igual y que perdonamos ese misterio de la vida y seguimos adelante. No, no puede ser así, si es algo genético es casi imposible eliminarlo, pero no significa que no podamos controlarlo. Si es algo netamente egoísta de este mundo retorcido con mayor razón debemos hacer un alto en el camino y pelear contra eso.

No podemos dejarnos manejar porque otros dicen no me juzges no sabes como pasaron las cosas, es que a mí no me interesa como pasaron o dejaron de pasar las cosas, no debieron pasar si realmente las palabras anteriores a como pasaron las cosas tenían un significado real y no algo ideado o simplemente el momento de tener algo seguro. No importa como pasaron o dejaron de pasar las cosas uno toma decisiones, por eso no se puede juzgar a nadie, cada uno las toma cuando ve la oportunidad, yo lo he hecho sin pensarlo muchas veces solamente por agarrar la oportunidad, y eso es quizás algo normal en nosotros, por eso no se juzga a nadie por tomar las oportunidades, la decisión está tomada y hay que asumirla, pero lo cortés no quita lo valiente como dice el popular refrán. Me refiero a que hayan como hayan pasado o no hayan pasado y haya sido la decisión que sea buena o mala para uno para otros, hemos dejado al desnudo lo más retorcido de la naturaleza humana y eso es nuestra palabra, nuestra esencia, nuestra alma empeñada. Los científicos dicen que el acontecimiento más importante para la evolución del ser humano es el que hayamos aprendido a usar un lenguaje hablado, o sea que eso significa que de ahí partió todo el uso de nuestro cerebro y de todas nuestras demás aptitudes, por el habla, y si traicionamos eso que nos hace diferentes, supuestamente más evolucionados que las demás especies, ¿en qué quedamos?. Quedamos en que somos peor que las demás especies porque nos traicionamos a nosotros mismos con nuestro lenguaje, y luego creemos descaradamente que con ese mismo lenguaje al final podemos arreglar las cosas. Para muchos eso funciona, porque somos débiles y queremos seguir manteniendo todo bajo control y no queremos perder ese algo que teníamos, pero para muchos no y todos deberíamos hacer parte del segundo grupo.

No podemos seguir dejándonos engañar por las palabras dulces que luego se transforman en perdón y excusas por alguna acción que cometieron. No, debemos hacer un alto y dejar que eso se vaya, eliminarlo, si no es lo que dice ser no sirve, en este punto hay que ser lo más egoístas posibles por el instinto de conservación, y alejar todo aquello que contradiga la esencia de lo que somos. Así es, pienso que lo mejor es realmente olvidar, dejar atrás, no escuchar explicaciones, no escuchar nada que trate de enmendar lo que ya no tiene sentido. En el momento en que todo eso dejó de tener significado se pierde la esencia de la persona, se pierde la esencia de todo, es como haber hablado o conocido a alguien que no existe y que de un momento a otro pretende que olvidemos que conocimos algo que no es cierto y hagamos de cuenta que no ha pasado nada. Pues no deberíamos dejarnos, no deberíamos permitir que ese egoísmo nos arrastre a hacer parte del agujero negro de los demás y hacer un alto en el camino y alejarlos, así nos duela profundamente tener que hacerlo y nos cueste trabajo, pero no podemos seguir siendo las marionetas de tantos por ahí que han perdido toda esencia y toda alma, toda humanidad. Lo paradójico del asunto es que ese mismo acto de alejar es el más egoísta de todos por pensar en nosotros, egocentrismo, y en nuestro instinto de conservación. Es ahí dónde me pregunto si no estamos jugando en un círculo vicioso donde al final nadie gana y nadie pierde, solamente juega y toma las decisiones que debe tomar.

8/1/09

Dejar o seguir

Es cómo querer un juguete con todas las fuerzas, anhelarlo porque hace mucho tiempo que no se tiene algo con qué jugar. Pero llega el tan anhelado juguete, de manera inesperada, sin ninguna señal y se posa ahí en frente y lo tomo. Ahora al comienzo es algo interesante es lo que uno quiere, lo que uno anhela, lo que uno ha buscado por diferentes medios y no se ha conseguido, de repente la vida lo pone ahí, en frente para que lo tomemos, lo que hemos esperado, ahí, en frente, justo ahí al alcance de nuestras manos, pero algo ha cambiado.

Al comienzo si lo disfrtuamos, nos gusta y nos sentimos complacidos que en el momento menos pensado apareciera. Pero pasa el tiempo y algo falta, algo que no está ahí, que no se encuentra, un ingrediente que se olvidó, quizás porque en el comienzo eso es lo que realmente se está buscando, un ingrediente, pero nos llega es el plato completo, sin el ingrediente. Es ahí cuando vienen a la cabeza miles de pensamientos, quizás disfrutamos el regalo por autocompasión, por no querer enfrentar otra realidad, por calmar un poco las ansias y simplemente seguir por ese pequeño respiro. Pero quizás es más fuerte el corazón o la razón o las dos cosas, las que nos hace pensar un momento y nos pone a analizar si realmente queremos seguir con ese regalo así de fácil, o si el ingrediente definitivamente es tan indispensable que aunque conseguimos lo que quisimos, de cierta manera, no está completo sin ese ingrediente especial.

Sé cuál es el regalo y cuál el ingrediente, lo que no sé es si pueda sobrevivir sin el primero por el momento, por no querer buscar el segundo otra vez, o si realmente pueden más mis instintos y quizás mi mentalidad y necesito tener ese ingrediente para no sentir lo que siento ahora. Puede ser también que sea solamente paranoia del momento, del día realmente, y mañana me de igual y siga prefiriendo estar así, hasta que llegue alguien con ese ingrediente. Por otro lado sé que hay más cosas en el aire involucradas que no son fáciles de manejar y que pueden traer consecuencias. Creo que estoy comenzando a saber que no quiero y que quiero exactamente, pero a la misma vez después de estar buscando lo que quiero por tanto tiempo y no encontrarlo, estoy conforme con lo que me llega y lo aprovecho.

Quizás suena egoísta, no lo sé, muchas veces pienso que soy egoísta y muchas otras demasiado altruísta, la mayoría de ellas, así que en esta ocasión pienso que debería ser un poco egoísta y estar de un lado y del otro. El verdadero problema es que me gane el lado altruísta y deje el camino actual y vuelva al viejo y siga esa línea, una vez más, sin saber a dónde voy. Viéndolo de cierto punto de vista, en este momento de mi vida, me suena algo excitante eso de no saber a dónde ir, pero quizás pueda más el instinto de conservación y me mantenga en mi caparazón, como buen cangrejo que soy, y no quiera hacerlo por temor a lo que pueda suceder. De alguna manera siento que merezco lo que tengo ahora, pero sigo esperando que algo pase y cambie, me de un giro total y definitivamente pueda decir que encontré mi vida y el camino por lo menos por años a venir. No espero ese momento definitivo, ni un golpe de gracia ni un rayo de luz que me muestre el camino, solo espero que así como se me presentó este regalo, sin esperarlo, sin buscarlo, aparezca todo lo demás. Por ahora no sé si seguir jugando o abandonar el juego y olvidarme de todo y seguir a lo "normal".

Es algo conflictivo, como creo hace mucho tiempo no sentía, y justo lo sentí hoy. Es algo confuso y es algo a lo cual no quiero dedicarle más del tiempo que necesita, pero no sé cómo se den las cosas, además con los nuevos giros que han dado muchas otras creo que es mejor olvidarme de tantas ideas y seguir el camino, a veces pienso que puedo ser utilizado o que estoy utilizando algo que no debería para un beneficio temporal, aunque igual es un beneficio mutuo de cierta manera, pero lo mejor es simplemente esperar, seguir esperando que pasa sin descontrolarse del todo y mantener ciertas cosas bajo control, y esperar, como siempre, darle tiempo al tiempo, cuando muchas veces tiempo es lo que no tenemos, o al menos creemos no tener el suficiente.

Qué es lo que pasa

Acabo de llegar, hace 24 horas más o menos. Después de quince días de conocer, admirar, reconocer y sentir y tener miles de emociones diferentes he llegado de nuevo a mi tierra, al país al que pertenezco por esas cosas de la vida. No quiero profundizar en las impresiones, buenas, malas o regulares que me pudo haber causado el viaje al exterior, ni quiero comparar ese otro país con el mío, eso creo que lo discutiré más adelante o simplemente lo mantendré en reserva.

Todo esto va más bien a la preguntarme que pasa con el tiempo, a dónde va el tiempo de aquí mientras uno esta allá. La verdad siento que estuve fuera por mucho tiempo, conocí muchas cosas, hice muchas cosas, y tuve experiencias personales muy profundas y gratificantes y llego aquí y siento que nada, o casi nada ha cambiado. No sé si son impresiones mías o simplemente yo soy así, pero esperaba que algo se moviera, pero realmente encuentro todo tal cual como lo deje, claro hace poco me enteré de algunos cambios en el modelo que no esperaba y el cual me entristeció bastante, pero a pesar de eso casi todo lo demás está intacto.

A veces pienso que el tiempo se detiene, que las cosas por alguna razón se tornan más lentas, o mejor dicho siguen igual de lentas, con la diferencia de que cuando se sale de ese mundo y se pasa a otro universo paralelo el tiempo cambia, desde la percepción personal, mientras realmente todo, el tiempo real de nuestra vida, se mantiene intacto. Esta percepción, tal vez relacionada con la teoría de la relatividad de Einstein es quizás lo que me sucede y percibo que el tiempo pasa rápido, en el sentido de aprendizaje, de crecimiento, de todo lo que se puede hacer y percibir, de la forma de vivir el mundo y de sentirlo. Cuando en realidad al volver a aterrizar las cosas se mueven en cámara lenta, todo permanece igual, uno que otro cambio pero realmente todo está en su sitio.

Por el momento eso no me preocupa, no me afecta, ya que de una u otra manera me vuelvo a meter en ese mundo y para mí aunque en el fondo sepa que se mueve más rápido, me adapto a la lentitud. Por otro lado recibí una sorpresa, hace poco menos de una hora, la cuál me decepcionó y la verdad me hizo entrar en un poco de desilusión con respecto a muchas cosas del mundo. Ahora bien, no es culpa de nadie, uno aunque se mueve rápido en otros medios quizás deja una parte en pausa y pretende que así como todo sigue igual, todos sigan igual, y la verdad eso no sucede. Muchos se moverán así sea lentamente, otros no lo harán y otros tanto lo harán inesperadamente. En este caso fue inesperado y aunque no me afecta profundamente, de alguna manera si estaba haciéndome a una idea en mi cabeza de lo que pudiera suceder, y esa idea queda anulada a partir de ahora. Duele un poco, no lo niego, en alguna parte duele y molesta y es una espina que tendré que sacarme pronto, pero el punto al final independientemente de como me sienta y de como lo asuma, es que algunas cosas cambian, y otras nunca lo hacen.

Siento que estoy desincronizado con el mundo, siento que estoy aparte de mi mundo, por el momento, pero sé que eventualmente volveré a mi lugar y todo cambiará, y en el fondo o en la superficie seguirá igual. Es una lástima que solo una cosa, por ahora, haya cambiado, espero no hayan cambiado muchas más, por ahora veo que no y presiento que no, pero así como casi nada cambia algo tiene que hacerlo para mantener el universo en equilibrio, y la vida normal en su curso. Desafortunadamente las cosas que quisiéramos cambiaran no lo hacen y las que esperamos se mantengan iguales, quizás para que uno mismo ayude a cambiarlas o cambiar en sincronía, son las que cambian sin esperarlo, como la dirección del viento que un día nos impulsaba y ahora nos detiene.