29/3/10

Sólo se trata de vivir

Supongo que muchos de ustedes se han preguntado qué carajos hacen este mundo, para dónde van y que significa todo, o por lo menos casi todo, lo que les pasa, rodea, la gente, el cielo, la tierra, etc. Supongo que ninguno tiene ni la más remota idea, intuyen y habrán tenido charlas interminables en medio de cafés, cervezas, vinos, música, cigarrillos y ambientes bohemios discutiendo sobre las complejidades de la vida. Por otro lado supongo que a muchos de ustedes ni les va ni les viene, no son del tipo intelectual o llevan una vida light, hippie y relajada en la cual no hay cabida para este tipo de cosas inoficiosas de ser humano. Y muchos se habrán dado por vencidos, han dejado de pensarlo, ya encontraron su razón, o como muchos, estarán simplemente esperando a ver que pasa y como termina el cuento.

Para mi todo esto no es mas que una obra de teatro, divertida eso sí, completamente elaborada, no tan bien escrita muchas veces, con escenas patéticas, unos diálogos medio flojos muchas veces, con momentos un poco para dormir, pero al final los buenos, divertidos y agradables momentos, llamados buenos recuerdos y esas anécdotas que nos contaremos con nuestros contemporáneos años en el futuro recordando viejos tiempos, valen la pena el viaje. Claro cabe aclarar que las malas escenas, ediciones, actores y argumentos también hacen parte de esos recuerdos, solamente que esos malos momentos obviamente casi nunca se habla.

La vida, esta obra de teatro o largometraje para ponernos a tono con la modernidad, es realmente lo que hemos dicho, nuestro diálogos y nuestras circunstancias alrededor, o sea al final solamente somos un puñado de recuerdos que están ahí por diversas circunstancias, el escenario y el libreto y papel que nos tocó, que nos ha llevado a ser lo que somos ahora y es lo que le contamos a la gente, hice o no hice, estuve o no estuve y estaré o pretendo estar en. En eso se resume todo el juego. El final de la obra?, nada excitante, el protagonista muere, no como en las generalmente poco reales historias que nos venden, sobre todo ciertos señores del norte, y pues se deshace la trama, y también como buen final los secretos si se llevan a la tumba, uno no va a ser lo que hacen en las telenovelas estas de andar contando cosas por ahí que pues ya para qué cierto?. Y lo que queda que es?, el recuerdo, lo que los demás recuerden de nosotros, que recordarán en algún café, alrededor de algunos tragos, con algo de música y será la misma escena con un poco más de tonos grises, mucho menos elocuentes y algo más melancólico, y corten!.

Luego pasa lo que pasa cuando a uno le cambien el personaje o protagonista favorito de una serie por otro, generalmente no con el mismo nombre sino alguien que reemplaza ese espacio vacío, aunque en los casos más irónicos y risibles quizás sea alguien que desempeñe exactamente el mismo papel, pero al final todo sigue rodando y sigue su curso. Nadie sabe que pasa cuando el personaje se muere, nadie sabe que hay más allá de la pantalla y que pasará cuando no tengamos más diálogos ni escenas por hacer, el misterio radica en ello y quizás a veces es lo que hace a la muerte más emocionante que la vida misma, ya todos sabemos que es la vida a grandes rasgos, pero pocos o ninguno lo que es la muerte y quizás por eso sea más atractiva para muchos, o para todos aunque no quieran admitirlo.

No importa al final si la vida es o no así, para mi tiene un poco de todo, y lo que hay después creo que será una experiencia que cada uno vive y no podremos compartir con nadie. Pero más allá de que si la vida es así o no, todos esperamos algo, y buscamos algo por alguna razón. El problema quizás es que para mí, como quizás para muchos, todo esto se ha convertido en un goce extremo, lugares a dónde ir, personas por conocer, experiencias por vivir, pero el final del camino no tiene sentido, o por lo menos yo ya he perdido la dirección. Todo se reduce a momentos, detalles, cosas que van pasando, un cúmulo de cosas, pero el camino y el interés por este se ha perdido. No se trata de no tener motivación, no se trata de no encontrar el camino, simplemente que muchas veces nada exctiante queda por delante, quizás sea un descontento total con esta tragicomedia, que cada vez se pone peor, más ridícula y sin esperanzas de mejorar, que pues el interés por seguir la trama o saber mi personaje a dónde va, no tiene mayor sentido.

No sé si les habrá pasado a muchos de ustedes o les esté pasando, pero en mi caso hay poca expectativa e interés en el camino, no me gusta lo que veo, por lo general, y esas complejidades de la vida tan inoficiosas se hacen cada vez más fuertes y están más presentes en mi camino, lo cuál podría decir que no deja que desempeñe mi papel como debería. Debo admitirlo me he convertido en un mal actor, me eché a perder, mis tiempos pasados quizás fueron mejores y seré recordado por presentaciones y papeles mucho mejores que los de ahora.

Pero bueno sólo se trata de vivir no?, al final todos tenemos contrato a término fijo, y buscarán a alguien más joven, más estúpido que venda bien mientras se pueda y la historia sigue, como lo ha hecho siempre. O sea que a veces es mejor estar inactivo, su importancia, eso de simplemente estar presente sin estarlo, ser como uno de esos extras que lo viven todo pero no toman parte en nada, pero uno no sabe a veces ellos tienen mejor desempeño en la historia, porque siempre están ausentes. De pronto yo ya me he vuelto ausente, de pronto me niego a decir las líneas que me corresponden y ando ahora detrás de todo, o al lado, o en algún extraño ángulo en el cual no me pueden capturar, en el que quede inamovible e impávido ante el escenario, esperando simplemente a hacer el tiempo que me toque hacer necesario, y vivir por los lados, doblando por esas esquinas por las que nadie dobla ya, comer los bordes, esperar la sustancia en otro lugar, buscar la esencia dónde se supone que no debe estar, divagar, sin expectativas y buscando lo que no debería o simplemente dejando que me encuentren en esos pequeños y surreales momentos de lo que llamamos existencia, esas pequeñas complejidades del universo que nos puso aquí, sin razón, para el deleite de nadie, para sacar provecho de nada. Pero bueno al final se pasa bien no?, sólo se trata de vivir, esa es la historia..........

23/3/10

No estoy

No estoy, simplemente no me encuentro en ninguna parte en este momento, no estoy alrededor de nada, no hay nada a mi alrededor. Mi sentido de pertenencia se ha desvanecido, no siento estar, solamente soy en algún punto del inmenso globo, pero no estoy ahí, no tengo nada adelante, todo es una neblina un poco extraña que parece volverse densa por momentos y se desvanece por otros.

No estoy, no hay nada atrás, cada vez siento que voy perdiendo el tacto de aquellas cosas que me pertenecían, esas conexiones que existían con algo o alguien se han ido perdiendo, ya no siento la punta de mis dedos. Todo aquello que en algún momento sentí como parte de mí, o por lo menos piezas que se unían en algún momento alrededor mío y formaban una imagen una idea, o algo similar alrededor, parecen estar esfumándose de manera precoz, pensé que quizás las raíces estaban un poco más arraigadas, fuertes y que se mantenían inamovibles en medio de cualquier tormenta. Pero parece que me he equivocado, al parecer todas esas cosas que ligaban y mantenían una conexión han desaparecido.

No estoy, y no tengo miedo de no estar, no siento ningún tipo de preocupación por lo que vendrá porque seguramente no estaré y todo seguirá igual. Me preocupan más los vestigios de eso que creí tener y si los volveré a encontrar, si los perderé de vista y luego los volveré a encontrar en el camino de regreso. Si permanecerán iguales o si habrán cambiado, si aún me reconocerán como algo de lo que fueron o si por el contrario seré el extraño, que quizá si tenga miedo de ser, y al recordar ya no quede más que un mal sabor de boca y deje de existir.

No estoy, no me interesa no estar, no tengo ningún sentimiento más allá de saber que sucedería tarde o temprano, quizás lo que me preocupa es el hecho de desaparecer del todo de lo poco que pueda quedar en estos momentos y que eso que se ha ido volando pierda la capacidad para recordar. Yo por el contrario creo que tengo demasiado cúmulo de recuerdos y son quizás ahora éstos lo que precisamente taladran mi mente. No estoy, seguiré no estando por un tiempo hasta que tome la decisión final, esa la de la película o novela que siempre hay tomar y que cambiará el curso de la vida. Sí, tendré que tomarla eventualmente, tarde o temprano tendré hacerlo, las circunstancias me llevan a ello. Los sueños a veces se quiebran, son demasiado frágiles y son demasiado etéreos como para a veces creer en ellos, y todo esa revolución y estar parado en la mitad del desierto con los pies hundidos en la arena llevan a tomar la decisión de cuál será el siguiente paso.

No estoy, no estaré seguramente por un tiempo, no siento nada, siento que soy y no soy yo, y que tengo seguiré estando en medio de una discusión interna que tendrá que llevarme a alguna parte. No estoy, pero no me preocupa el presente, quizás tampoco mucho el futuro porque a pesar de la incertidumbre no hay muchos caminos por seguir, así que eventualmente tendré que decidir, y quiéralo o no será quizás más rápido que tarde. No estoy, pero no me preocupa no estar, me preocupa más el pasado, eso que me hizo lo que soy, eso que todavía queda marcado, eso que quizás me trajo hasta aquí, eso que me hace ahora no estar.

No estoy y sigo en pie, esperando, el viento sopla en diferentes direcciones pero sigo inamovible, sin embargo cada vez hay partes de mi que se van desvaneciendo, eso que se ha ido, que se ha quedado, eso que me llena de incertidumbre, saber si eso permanecerá o se desvanecerá por completo cúando eventualmente tenga que mirar atrás, porque es inevitable no sentir que hay algo que se ha dejado atrás y que sea por la razón que sea, permanece la curiosidad y la incertidumbre y ese inevitable giro de cabeza esperando encontrar algo en medio de tanta confusión que aún se sienta propio, que determine dónde estoy, o por lo menos donde estuve, porque ahora todo parece algo irreal, y no estoy muy seguro ni siquiera de dónde vengo.

12/3/10

A mitad de camino

No les ha pasado alguna vez que no saben si continuar o regresar?. Están en medio de un camino completamente solos, no hay sino desierto por todo lado, el sol canicular cae sobre sus cabezas, nada a unos cientos de kilómetros a la redonda, y ahí están, solos contra ustedes mismos, ni siquiera el viento que a veces trae concejos sopla. Es así como por instinto nos paramos en medio de un inmenso camino, sintiendo que hemos avanzado bastante, no lo suficiente aún, pero bastante y que lo que dejamos atrás, aunque no está del todo olvidado poco a poco se va perdiendo en el horizonte.

No les ha pasado que en ese momento algo sucede en sus cuerpos, sus mentes y se tienen que detener, mirar hacia adelante, hacia atrás, hacia un lado y al otro y terminan sentándose en la primera piedra que encuentran en el camino a pensar?. Ese momento de la encrucijada en dónde cualquier decisión que se tome alterará por completo el curso de toda su vida. Es ahí, exactamente en ese momento cúando las dudas, los pensamientos, los sentimientos sobre todo, prevalecen y se magnifican de manera tal que estamos obnubilados por tantas cosas que hemos dejado, que estamos dejando y esas que estamos llevando hacia el futuro.

Es ahí cúando al hacer una evaluación de lo que habrá si regresamos vale o no la pena, si todo seguirá igual o ligeramente diferente, o si al menos eso que nosotros dejamos intacto, esas cosas que dejamos al irnos y que pensamos conservar tal cual por capricho, recuerdo o sentimentalismo, seguirá estando en la misma condición?. El futuro no lo conocemos, lo construimos, lo que venga, como lo que ha llegado durante el tiempo que hemos andado lejos de nuestro nicho, será igual algo nuevo o por lo menos diferente a el resto del camino andado. Eso a muchos les puede preocupar, a otros no tanto, al final de eso se trata es como tirarse al vacío con los ojos cerrados y ver a dónde vamos a parar y así se vive la vida un paso a ciegas tras otro y nos vamos abriendo paso. En ese caso lo que venga no tiene tanta importancia como lo que hay detrás, ya que por las cosas de la vida, las complejidades y trivialidades de ésta, lo que encontremos será de igual manera algo que compararemos o reemplazará, eso esperamos, eso que ya no tenemos. O puede simplemente que sea algo totalmente diferente y novedoso o lo mismo, lo cual para nosotros después de haber dado el primer paso no tiene mayor relevancia, es como una aventura y si se parece bien y si no igual lo probamos y seguimos adelante.

Lo que queda atrás es lo que siempre es una carga, y demasiado aburrida por cierto, ya que es lo que siempre recordaremos, queramos o no, es lo que nos espera, porque salimos de un lugar para ir a otro, y aunque muchos nunca vuelven, siempre ese lugar de partida estará ahí, querámoslo o no y tarde o temprano nos reencontramos con él. Ahora todo eso que sigue su curso atrás de nosotros cada vez se encuentra más lejos, inclusive si decidimos ir al final del camino o seguir adelante y luego regresar, cuando lo hagamos aunque sabemos que estará ahí, esperamos encontrarlo de cierta manera igual, o con ligeros cambios. En el fondo siempre sabemos que las cosas no son iguales y que no permanecen iguales pero para poder sentir que eso aún nos pertenece inconcientemente deseamos o esperamos que no cambie nada para no sentirnos ajenos en un espacio que antes poseíamos. Pero al final todo eso cambia, nosotros tomamos también decisiones en medio del camino hacia adelante e inclusive, muchas más cuando pensamos regresar. Tomamos decisiones con respecto a como manejar quizás ciertas cosas que nunca fueron resueltas, tomamos decisiones acerca de cómo será ese mismo yo pero diferente, en un ambiente conocido, pero extraño a la vez. Las decisiones siempre se toman cuando se regresa, cuando se va es más la intuición y el ser un desconocido lo que prima por encima a veces de la razón, pero al regresar siempre salen las viejas libretas y todo lo que hay en medio de las líneas.

Es por eso que en momentos así, cuando nos encontramos en ese momento en el que no sabemos si continuar o regresar, o en algunos casos tenemos que continuar no sin antes evaluar ese regreso en algún momento, debemos tomar ciertas decisiones, dolorosas, estúpidas, sin sentido, o lo que sea, al final nadie lo puede juzgar a uno, y si lo hacen eso es lo de menos, esas son las cosas que uno aprende en el camino, el mundo es demasiado grande como para irse preocupando por lo que piensa la mayoría de personas que conocemos o nos hemos cruzado en la vida, entre otras tantas cosas que ahora aunque vendrían al caso hacen parte la experiencia personal. Entonces hay que tomar decisiones, buenas y malas, porque nunca somos infalibles, y como dije antes al final nos importa a nosotros no a nadie más, porque el que regresa es uno, y así todo lo demás que dejamos atrás esté de diferente manera o haya cambiado un poco siguen estando donde estaban, nosotros no lo estamos y aunque eso no signifique mayor cosa es un derecho que de todas maneras algunos nos hemos ganado, mejor que otros.

Volviendo a las decisiones, al tomarlas muchos quedarán excluídos, otras cosas seguirán igual pueden decirnos egocentristas o egoístas, pero hay razones de razones por las cuales uno se fue, independientemente de que se vaya a regresar o no, y esas razones no deben ser explicadas, a menos que quede alguien al regreso con quién hablar, y cúando uno regresa toma esas decisiones porque algo tiene que cambiar, así sea arbitrariamente por voluntad propia, sino podemos caer en el síndrome de aquél que ha perdido el tiempo y al regresar no solo perdió más tiempo sino que regalo lo demás o perdió lo que le quedaba cuando vuelve a su punto de origen.

Por eso en momentos así es mejor tomar decisiones, de cierta manera esas que son menos incómodas y que así sean malas al final, bueno eso nunca se sabrá, es mejor dejarlas sobre la mesa y en la mente claras, para simplemente seguir el camino, sea el de continuar y luego regresar o simplemente regresar de una vez, es mejor tener un plan, porque siempre tener un plan es mejor que no tener uno así éste no se lleve cabo.

Así es cómo a veces es mejor definir las cosas así sea para regresar, pero hay siempre que tener en cuenta que si se regresa no todo puede ser igual y el regreso siempre debe continuar diferente a lo que se era antes de dejarlo, por lo tanto no se puede simplemente volver y ya, hay que volver y doblar la esquina por donde ninca se dobló. Por eso para muchos, si leen esto, de pronto a estas alturas poco o nada les importa, pero por si acaso para muchos posiblemente cuando me vieron por última vez, pues se quedará como la última vez, y nunca más me vuelvan a ver, seguramente si regreso luego o pronto o nunca o ahora, jamás lo sabrán y aunque por ahí quede un contacto o algo, el rumbo que he escogido es completamente diferente ahora y por alguna razón, puede ser mala o buena claro, he decidido no hacer partícipes de lo que queda del camino a algunos de ustedes.

No es nada personal, naturaleza humana como dice la canción, ahora la cuestión es que el plan no sería un plan si se los contara, entonces seguramente después de un tiempo, chisme o algo se enterarán si hicieron parte de ese selecto grupo o no. Me cansé de ser el buen tipo, no voy a ser el mal tipo porque simplemente no lo soy, pero por lo menos no cuenten más conmigo para eso de tan buen muchacho y cómo es de querido y demás arandelas que vienen con eso, las razones no importan no tengo tiempo para eso, eso sería seguir siendo el buen tipo. Un saludo a todos.

11/3/10

La gente no cambia

Parece ser que no importa a dónde vaya esa palabra gente esta por todas partes. Las cosas no son siempre iguales en todas partes claro, y hasta ahora creo que no había tenido mayores tropiezos en el viejo mundo. Sin embargo no se si es mi poca capacidad para no creer o que definitivamente uno no puede confiar en nadie.

Creo que definitivamente mi capacidad de creer en que todavía hay una humanidad y que la palabra, la presencia y ese tipo de cosas normales como deberían ser, es demasiada y tengo que por fin despertar y darme cuenta que no todo el mundo es como yo, ni parecido, y que por lo general siempre saldré decepcionado. O en general la cosa está tan mal que vivo en tiempos de antaño y debo ponerme al día, al final creo que es un poco de ambas.

Muchas cosas han "cambiado", muchas cosas son nuevas en mí, otras renacieron, otras se han ido desvaneciendo y otras se han ido definitivamente. Mi ritmo biológico si se puede decir así, ha cambiado vertiginosamente y las cosas ya no son como antes. Sin embargo ya tengo unos años encima y hay cosas que nunca cambian, quizás porque sigo siendo inocente y tengo unos preceptos muy altos con respecto a lo que me rodea y espero que se comporte de una manera al menos normal, o por lo menos en límites en que todos estén bien. Pero resulta y pasa que parece que eso no ha cambiado tampoco y todo siempre ha estado igual de podrido que hace miles de años atrás, o por el contrario eso ha cambiado y yo me quedé anclado, no se por qué, en alguna otra era pensando que todavía ese tipo de cosas existen.

Al final creo que lo que me molesta es que yo soy siempre el que termino afectado por mis propias creencias y principios y por eso digamos tengo esa carga sobre mis hombros y me afecta más allá de lo que debería afectarme. La gente no cambia, por eso esas cosas que digo que han cambiado en mí, no es que realmente hayan cambiado, simplemente sobresalen ahora porque estaban escondidas y otras se han escondido y se mantiene una especie de equilibrio, de cierta manera, entre unas y otras.

Uno siempre es el mismo, uno se adapta a las cosas pero jamás cambia su esencia, aunque el mono se vista de seda mono se queda, como dice el dicho popular. La verdad es que mi tristeza, esa que pesa sobre mis hombros por mi propia culpa es algo que quizá nunca cambie, o se esconda para ser más claros, porque no lo ha hecho a través de los años y creo que está tan acostumbrada a estar donde está que es muy difícil quitármela de encima. Lo que debería intentar más bien es sacar a la luz esa parte de mí, muy escondida, que trata a la gente de manera diferente, para tratar de equilibrar la balanza y ser como la gente, así, común y corriente, sin fondo, con mucha forma, pero poca sustancia y divagar como hacen todos por el mundo siendo así. No le causaré daño a nadie, o seguramente sí, pero a mí que más me da se lo que es eso, lo he sobrevivido y si yo lo he podido hacer, con lo aguado que soy, seguramente otros también lo harán. Así que una preocupación menos para con los demás, como hasta ahora, y un poco más de libertad mental para mí.

La gente no cambia, yo en el fondo no he cambiado, solamente me he adaptado y he llevado a extremos rasgos que siempre han estado ahí escondidos y he ocultado otros, eso sí debo decir que el proceso ha sido acelerado y que no pensé que ciertas cosas salieran a flote, pero bah, soy como soy y me adapto de esta manera y para comenzar con esa despreocupación para con los demás, si les gusta bien, sino pues también, ya saben por dónde queda la puerta.


1/3/10

28/02/10

Uno de los mejores días de mi vida, y no hizo sol, no ha cambiado el clima, sigo solo tal cual como llegué, aturdido a ratos, desesperado otros tantos, un poco melancólico y un poco iracundo. Todo sigue básicamente igual, el atardecer ha retornado a horas laborales, el aire está un poco más arriba, pero las lenguas siguen interrumpiendo, mi cabeza casi no ha cambiado, aunque ahora va en otras direcciones. Sigo con los conflictos ahora no tengo tanto tiempo como quisiera, pero al final siempre queda tiempo para todo, o de pronto para nada. Carpe diem alguna vez escuché, mañana será otro día, esperar a ver que pasa, el mundo esta lleno de posibilidades.

Si, no fue un relativamente diferente a un día común y corriente en la vida de cualquier persona, o al menos de mi vida. Es un día como casi los otros tantos que ya se han quedado atrás, lejos en un pasado que ya no quiero recordar, y otros que están más cerca y que aún no puedo borrar del todo. No fue nada en particular, no es un año bisiesto, no es un día de conmemoración especial para mí o para nadie, fue un día de esos como cualquiera donde uno simplemente se levanta y hace lo que tiene que hacer, porque tampoco hay algo mejor que hacer que no sea hacer lo que uno hace, y así se echa uno a andar.

No fue un día particularmente especial, no había instintos, no había sensaciones, no había eso que llaman intuición de que algo extraño podía suceder, pero a pesar de que todo estaba en contra, o por lo menos todo parecía estar en el mismo lugar y de la misma manera como siempre, solamente un día más, sucedió lo inesperado, y ese día tan regular se convirtió en uno de los días más felices de mi vida.

Sobran los detalles, personales, oníricos, utópicos y razones personales para todos, solamente quería dejar algo que me recordara personalmente que ese día tan no particular se transformó y me dio algo que no se daba hace mucho tiempo, y es eso de sentirse bien. Si, así de sencillo, ayer fue un día especial porque desde hace mucho, muchisimo tiempo de verdad, una persona completamente desconocida, ajena e improbable me hizo sentir bien.

Aunque suene algo ridículo, y cursi claro, es así, no hay muchas explicaciones, no quiero darlas al final de cuentas no sirven de nada, lo importante es haber vivido esa sensación de realmente sentirse bien, porque lo hacen sentir a uno bien, porque una palabra, una actitud, una señal, o simplemente porque ese día tan regular era un día especial para mí y estaba destinado a ser de esos días que no voy a olvidar como otros tantos, no muchos desafortunadamente, que tengo en mi lista, que incluyan a otros seres humanos claro está, en los cuales realmente me senti pleno, completo y en el cúal recorde eso que es sentirse bien y sonreir, solamente porque es la respuesta más natural a esos fenómenos de la vida tan extraños que a veces pasan, así, sin aviso, por un instante que puede durar toda la vida.