25/9/09

Vacío

Ocupamos un espacio, material, espiritual, mental, ideológico, irreal, surreal, y demás en nuestras vidas, en la vida de otros y en el mundo que pisamos y vivimos diariamente. De pronto nosotros, u otras personas, desaparecen, dejan el espacio libre, dejan el espacio vacío. Como la vida en general ese espacio será llenado nuevamente por otra(s) personas, uno va y viene, así que alguien más hará, llenará y complementará ese espacio que antes, arbitrariamente por la vida misma y las razones desconocidas de la existencia del universo, poseíamos nosotros.

El vacío permanece un tiempo, queda como ese aroma, esa aura, la energía de aquellos que lo han llenado anteriormente, a veces dura más a veces dura menos, pero siempre queda ese algo, no se qué, que hace que los otros, cuando uno desaparece, o nosotros mismos, cuando otros desaparecen, sintamos esa zozobra, y ese malestar de que algo hace falta, algo se desprendió y se fue, no sabemos a dónde, pero ya no está. Llenar vacíos en principio no debería ser tan difícil, a la final no lo es pero nuestra mente nos juega malos ratos y muchas veces lo hacemos más difícil de lo que realmente es, aunque no debería ser así. El vacío se llena con cualquier cosa, alguien más dirá palabras, tendrá gestos, ideas, y demás cosas que nos componen como personas, de cierta manera. Y ya está, el vacío ha sido llenado.

Usualmente estas cosas para los que dejamos el espacio, puede ser más sencillo, aunque a veces más tormentoso también, pensando en quién, cómo y por qué alguien más llenara el espacio que dejamos por la razón que sea. Nos vamos para ocupar el vacío que otro dejó en otro lugar, ese que necesita, por cosas del destino y del funcionamiento del universo, ser llenado de nuevo por exactamente lo mismo, pero completamente diferente. A veces no podemos escoger el vacío a llenar, ni mucho menos el que vaya a ocupar el nuestro. Lo cuál hace que todo sea como empezar de nuevo a eliminar esas auras y energías del anterior para posisionarnos como nuevos amos del vacío en cuestión. Al final no es tan difícil, es lo normal, pasa todos los días y seguramente pasará hasta que llegue el fin de los tiempos, aunque en ese sentido es igual cambiar un espacio por otro y dejar un vacío que será llenado por otras cosas.

Todo esto al final lo único que nos deja es la sensación de ser nómadas, de vagar de lugar en lugar, sea cual sea o como lo quieran llamar, trabajo, casa, familia, amigos, etc. Y asentarnos por poco tiempo en lugares remotos, cercanos, desconocidos y otros no tanto para ocupar espacio. Somos materia, somos seres que debemos, por naturaleza física ocupar un espacio, y eso es lo que hacemos, ocupamos espacio, de alguna manera usurpamos el espacio de otros o nos apoderamos de los espacios de otros para nuestro propio beneficio. La ley del más fuerte no necesariamente aplica pero es lo que normalmente sucede cuando entramos en esta lucha por una supervivencia, muchas veces innecesaria y casi siempre incomprensible de nuestra existencia y a veces hasta la de todos los demás.

No sé cuántos vacíos he dejado realmente, sé que obviamente algunos, pero no sé exactamente cuántos, no sé de esos cúantos habrán sido de nuevo ocupados, usurpados y modificados por otros, seguramente muchos. No sé cúantos vacíos he ocupado, puedo contar algunos, no sé si los habré mejorado o los habré empeorado o simplemente a nadie le importa. No estoy seguro de nada ahora, o sea que de aquí en adelante no tengo una real idea de cúantos vacíos me toque ocupar, si los ocuparé o si se me han acabado los ahorros y tenga que permanecer para siempre en este vacío que ocupo ahora, que poco a poco es mío, de hecho ya lo es pero no quiero ser pretencioso, y que se convertirá en mi vacío especial, que tendrá ese aroma a mí, ese aire, esa cosa indescriptible de la gente que se siente luego de un tiempo. Pero quizás ya no tenga más espacios que ocupar, el mundo se hace pequeño el tiempo pasa y hay que tener ahorrados muchos vacíos, muchos espacios para poder sobrevivir en el mundo actual, quizás me quedé sin espacios o hasta ahora estoy comenzando a ocupar y a ahorrar y dejar en lugares esa extraña huella, completamente incomprensible, de la existencia humana.

21/9/09

Todo sigue igual (?)

Al final pocas cosas cambian, la línea del tiempo se rompe para algunos, otros quizás siguen atrapados, o no, en el mismo mundo conocido, a veces eternamente, a veces solamente por unos tantos años. Al final uno deja muchas cosas y cambia algo resplandeciente y novedoso. Mientras tanto aquellos que han quedado, quizás atrapados en medio del túnel del tiempo, vuelven a la normalidad, nada pasa, todo permanece, nada se inmuta, todo queda, queda y queda.

Quizás al final de cumplir el tiempo al volver todo siga igual, de cierta manera la materia permanece y las caras podrán, irónicamente, no ser más viejas sino más jóvenes, pero la esencia misma quizás siga ahí, el mismo aire, el mismo rincón oscuro, el mismo haz de luz que entra por la ventana, en el mismo ángulo, apuntando a esa mancha en el tapete que siempre nos quizo decir algo, esa que quizás muchas veces nos hizo meditar o pensar acerca de cualquier cosa, irrelevante, de la vida misma y no de ella. A veces todas esas cosas siguen esperándolo a uno, se quedan intactas para no perder la memoria del cómo y por qué llegaron a ser cosas representativas en un ínfimo instante de tiempo de la vida de cualquiera de nosotros.

Habrá que cambiar las manchas, los rincones y buscar ese haz de luz que es sólo uno, el personal, esa luz del día que a veces hace que uno se levante y siga adelante y esté vivo. Esperando quizás que aquellos que hemos dejado en el camino permanezcan como una huella de que alguna vez estuvimos ahí, quizás, o a veces mejor pensar que es mejor que se erradiquen del todo y que no quede huella alguna, si alguna vez la hubo, de esa historia que uno siempre cuenta.

Al final todo es lo mismo en todas partes, todo es lo mismo y al mismo tiempo no es lo que uno es ni lo que uno tiene, ni lo que se lleva adentro por esas cosas de haber estado siempre mucho tiempo en el mismo lugar. A veces es bueno no ser ni de aquí ni de allá, quizás es mejor simplemente ser, sin esperar que otros nos vean como somos, porque no lo pueden hacer o no les interesa o simplemente porque así tiene que ser la vida. Pero de alguna manera el pertenecer es algo de lo cuál muchos nos jactamos, de pronto por esa idea de que somos lo suficientemente importantes como para decir que pertenecemos o somos algo, al final la cosa no es así, al final la csoa siempre es diferente, no tiene sentido y tiene todo el sentido del mundo que no tenga sentido. El orden del caos como lo llamarían algunos es quizás esa pequeña parte que nos hace estar siempre en el mismo lugar, así no estemos físicamente ahí, pero que a la vez esa línea del tiempo que se ha quebrado, ha creado ese otro mundo, ese que no comprenderán porque su línea sigue el mismo camino, nunca cambia y aunque no permanece, pareciera que se mantiene una y otra vez en el mismo lugar.

No todo sigue igual, al final sí es así, pero queremos tener la idea de que no lo es, de que hay cosas que pueden cambiar, que todo cambio es bueno y que el futuro nos depara siempre algo, esperando claro lo mejor del mismo. Todo sigue igual aquí, sigo siendo el mismo con un poco de una visión diferente de los demás hacía mi y viceversa, no todo sigue igual para los que se han acostumbrado a su universo paralelo y llega otra línea del tiempo y se atraviesa en medio de ese universo capturado en un instante de comodidad (?). Y así el círculo comienza a andar otra vez. Quizás nada cambie o todo cambie y simplemente queremos creer que no, pero una cosa sí es cierta, el tiempo se rompe y cambia, sigue siendo el mismo pero diferente, y quizás uno vaya y vuelva a esos rincones, a esa mancha en algún lugar, a ese haz de luz especial que calienta las mañanas, o simplemente ya no se poseerá nada y solo serán piezas sueltas de un rompecabezas que iremos armando con el tiempo, tratando de ver si realmente todo sigue igual o en algún momento algo, por algún instante, en un breve suspiro del universo, ha cambiado.

20/9/09

Volver a empezar

Eso de comenzar algo siempre es difícil, o por lo menos cuesta trabajo cambiar, el cambio siempre genera un miedo especial a eso desconocido a eso que viene, a lo que uno se pueda enfrentar. Pero muchas veces el cambio es inevitable y hay que lanzarse al agua. Comenzar una nueva etapa siempre es difícil, salir de la comodidad de una casa, enfrentarse a nuevas personas, nuevos retos, que realmente no son más que lo que tenemos en la cabeza, más allá de la realidad de los retos a los que nos enfrentamos, que se potencializan siempre mil veces más por nuestra mente y sus malas pasadas.

El cambio es un efecto mental de tener dormido el cerebro y luego decirle de un momento a otro que todo eso a lo que se ha acostumbrado durante años, muchos o pocos no hace a veces la diferencia, y que ahora aunque sigue siendo el mismo tiene que acomodarse a otros, a otro aire, otras visiones, otras sensaciones, otros oídos y todo un ritmo nuevo que se presenta en la vida. Al final no hay manera de impedir que el miedo y la forma de actuar de nuestra cabeza, que muchas veces es errónea por naturaleza, nos despierte los sentimientos más profundos y comiencen las revoluciones en el estómago y los nervios de dar el siguiente paso.

Pero al final no hay remedio, hay que aocstumbrar al cerebro que el que manda es uno, el cerebro pero el del otro lado el que usualmente está dormido ese que no se atreve a decir nada o muchas veces simplemente ya está acostumbrado a que el otro lado lo maneje. Entonces hay que lanzarse al vacío e ir sobre la marcha, no esperar nada, no buscar nada, esperar y hacer todo lo mejor posible para que las cosas salgan de la mejor manera, ir con precauciones pero no exagerar, no lanzarse a cualquier cosa sin medir el fondo del abismo.

Siempre comenzar es más difícil que terminar y es un peso mucho más grande cuando uno no sabe realmente a qué o a quiénes se va enfrentar. Al final no queda más que respirar profundo, cerrar los ojos, sentir esa pequeña brisa que viene de un costado y dar el primer paso firme, una vez dado, la inercia y la naturaleza del cerebro del ser humano harán que uno siga adelante de alguna forma y esperar que todo lo que venga de frente nos choque, lo bueno y lo malo también, para poder aprender de tantos años, no importa que no sean tantos, de lo que somos, queremos y queremos ser, esperar que el futuro nos golpée y no dejarnos caer por sus golpes, y siempre dar solamente un paso, como dicen por ahí baby steps, poco a poco y llegaremos.