1/3/10

28/02/10

Uno de los mejores días de mi vida, y no hizo sol, no ha cambiado el clima, sigo solo tal cual como llegué, aturdido a ratos, desesperado otros tantos, un poco melancólico y un poco iracundo. Todo sigue básicamente igual, el atardecer ha retornado a horas laborales, el aire está un poco más arriba, pero las lenguas siguen interrumpiendo, mi cabeza casi no ha cambiado, aunque ahora va en otras direcciones. Sigo con los conflictos ahora no tengo tanto tiempo como quisiera, pero al final siempre queda tiempo para todo, o de pronto para nada. Carpe diem alguna vez escuché, mañana será otro día, esperar a ver que pasa, el mundo esta lleno de posibilidades.

Si, no fue un relativamente diferente a un día común y corriente en la vida de cualquier persona, o al menos de mi vida. Es un día como casi los otros tantos que ya se han quedado atrás, lejos en un pasado que ya no quiero recordar, y otros que están más cerca y que aún no puedo borrar del todo. No fue nada en particular, no es un año bisiesto, no es un día de conmemoración especial para mí o para nadie, fue un día de esos como cualquiera donde uno simplemente se levanta y hace lo que tiene que hacer, porque tampoco hay algo mejor que hacer que no sea hacer lo que uno hace, y así se echa uno a andar.

No fue un día particularmente especial, no había instintos, no había sensaciones, no había eso que llaman intuición de que algo extraño podía suceder, pero a pesar de que todo estaba en contra, o por lo menos todo parecía estar en el mismo lugar y de la misma manera como siempre, solamente un día más, sucedió lo inesperado, y ese día tan regular se convirtió en uno de los días más felices de mi vida.

Sobran los detalles, personales, oníricos, utópicos y razones personales para todos, solamente quería dejar algo que me recordara personalmente que ese día tan no particular se transformó y me dio algo que no se daba hace mucho tiempo, y es eso de sentirse bien. Si, así de sencillo, ayer fue un día especial porque desde hace mucho, muchisimo tiempo de verdad, una persona completamente desconocida, ajena e improbable me hizo sentir bien.

Aunque suene algo ridículo, y cursi claro, es así, no hay muchas explicaciones, no quiero darlas al final de cuentas no sirven de nada, lo importante es haber vivido esa sensación de realmente sentirse bien, porque lo hacen sentir a uno bien, porque una palabra, una actitud, una señal, o simplemente porque ese día tan regular era un día especial para mí y estaba destinado a ser de esos días que no voy a olvidar como otros tantos, no muchos desafortunadamente, que tengo en mi lista, que incluyan a otros seres humanos claro está, en los cuales realmente me senti pleno, completo y en el cúal recorde eso que es sentirse bien y sonreir, solamente porque es la respuesta más natural a esos fenómenos de la vida tan extraños que a veces pasan, así, sin aviso, por un instante que puede durar toda la vida.

No hay comentarios: