23/3/10

No estoy

No estoy, simplemente no me encuentro en ninguna parte en este momento, no estoy alrededor de nada, no hay nada a mi alrededor. Mi sentido de pertenencia se ha desvanecido, no siento estar, solamente soy en algún punto del inmenso globo, pero no estoy ahí, no tengo nada adelante, todo es una neblina un poco extraña que parece volverse densa por momentos y se desvanece por otros.

No estoy, no hay nada atrás, cada vez siento que voy perdiendo el tacto de aquellas cosas que me pertenecían, esas conexiones que existían con algo o alguien se han ido perdiendo, ya no siento la punta de mis dedos. Todo aquello que en algún momento sentí como parte de mí, o por lo menos piezas que se unían en algún momento alrededor mío y formaban una imagen una idea, o algo similar alrededor, parecen estar esfumándose de manera precoz, pensé que quizás las raíces estaban un poco más arraigadas, fuertes y que se mantenían inamovibles en medio de cualquier tormenta. Pero parece que me he equivocado, al parecer todas esas cosas que ligaban y mantenían una conexión han desaparecido.

No estoy, y no tengo miedo de no estar, no siento ningún tipo de preocupación por lo que vendrá porque seguramente no estaré y todo seguirá igual. Me preocupan más los vestigios de eso que creí tener y si los volveré a encontrar, si los perderé de vista y luego los volveré a encontrar en el camino de regreso. Si permanecerán iguales o si habrán cambiado, si aún me reconocerán como algo de lo que fueron o si por el contrario seré el extraño, que quizá si tenga miedo de ser, y al recordar ya no quede más que un mal sabor de boca y deje de existir.

No estoy, no me interesa no estar, no tengo ningún sentimiento más allá de saber que sucedería tarde o temprano, quizás lo que me preocupa es el hecho de desaparecer del todo de lo poco que pueda quedar en estos momentos y que eso que se ha ido volando pierda la capacidad para recordar. Yo por el contrario creo que tengo demasiado cúmulo de recuerdos y son quizás ahora éstos lo que precisamente taladran mi mente. No estoy, seguiré no estando por un tiempo hasta que tome la decisión final, esa la de la película o novela que siempre hay tomar y que cambiará el curso de la vida. Sí, tendré que tomarla eventualmente, tarde o temprano tendré hacerlo, las circunstancias me llevan a ello. Los sueños a veces se quiebran, son demasiado frágiles y son demasiado etéreos como para a veces creer en ellos, y todo esa revolución y estar parado en la mitad del desierto con los pies hundidos en la arena llevan a tomar la decisión de cuál será el siguiente paso.

No estoy, no estaré seguramente por un tiempo, no siento nada, siento que soy y no soy yo, y que tengo seguiré estando en medio de una discusión interna que tendrá que llevarme a alguna parte. No estoy, pero no me preocupa el presente, quizás tampoco mucho el futuro porque a pesar de la incertidumbre no hay muchos caminos por seguir, así que eventualmente tendré que decidir, y quiéralo o no será quizás más rápido que tarde. No estoy, pero no me preocupa no estar, me preocupa más el pasado, eso que me hizo lo que soy, eso que todavía queda marcado, eso que quizás me trajo hasta aquí, eso que me hace ahora no estar.

No estoy y sigo en pie, esperando, el viento sopla en diferentes direcciones pero sigo inamovible, sin embargo cada vez hay partes de mi que se van desvaneciendo, eso que se ha ido, que se ha quedado, eso que me llena de incertidumbre, saber si eso permanecerá o se desvanecerá por completo cúando eventualmente tenga que mirar atrás, porque es inevitable no sentir que hay algo que se ha dejado atrás y que sea por la razón que sea, permanece la curiosidad y la incertidumbre y ese inevitable giro de cabeza esperando encontrar algo en medio de tanta confusión que aún se sienta propio, que determine dónde estoy, o por lo menos donde estuve, porque ahora todo parece algo irreal, y no estoy muy seguro ni siquiera de dónde vengo.