2/8/13

Una y otra vez

Yo no es que haya estado en cada rincón del planeta, y evidentemente del universo, no es que me haya inmiscuido 100% en algún tipo de cultura, en algún tipo de lugar por el tiempo suficiente para creer que sé lo necesario. Como todas las cosas en la cadena evolutiva siempre hay personas que están por encima y por debajo de uno, es como hacer una fila en una escalera, siempre será así y no hay nada que cambie eso, eso es lo que mantiene en parte el equilibrio del universo.
Sin embargo no creo que sea absolutamente necesario pasar una cantidad de tiempo determinada o inmiscuirse durante cierto tiempo en lugares o culturas ajenas. No creo que sea algo imperativo para poder captar la esencia de las cosas, que al final es lo que importa, a veces nos quedamos mucho en detalles, viendo cosas que hacen una diferencia, quizás por la necesidad humana común y normal de tener algo diferente que decir, algo diferente que contar, sentir que de alguna manera para nosotros mismos hay algo que se está haciendo, que hemos aprovechado cierto tiempo, ciertas cosas, y que claro evidentemente si hay oportunidad para comunicarlo a nuestros semejantes, lo haremos.
Es una sensación normal del ser humano querer hacer esto, tratar de hacerse sentir, el eterno dilema de hacer algo que valga la pena para dejar huella, así sea solamente en los hijos o las personas cercanas, nada de parafernalia mundial e historia de la humanidad, pero hay una necesidad. También existe el impulso de querer saber algo más de alguna otra cosa, cualquiera que sea, lo que a veces se llaman hobbies, algo diferente a la vida cotidiana, a la rutina, a lo usual que todos conocen y que sobretodo nosotros ya conocemos y somos más que conscientes de lo que sucede en nuestras vidas. Se necesita un escape y se necesita de vez en cuando romper la rutina.
Para muchos que no hayan tenido oportunidades de ir a otros países, ya sea de puro placer o turismo o para vivir una experiencia un poco más larga, como vivir en otro lado, es claro que muchas cosas parezcan diferentes, que haya algo que maraville, especialmente porque el contacto que se tiene con eso que es externo es básicamente la televisión o el internet, las fotos, noticias, películas, y todo lo que uno percibe, lo que nos cuentan, porque realmente son percepciones del punto de vista muy particular del sujeto que lo cuenta, sea el que vivió allá, el periodista, o la auto indulgente película que quiere enaltecer la imagen de un país haciéndonos ver lo bueno y maravilloso que es. Yo sé que muchos son conscientes que muchas de estas cosas en realidad no son verdad, pero tampoco se puede negar que eso lo saben muchos, porque no todos, ahora que tienen una edad suficiente, que de alguna manera pueden utilizar su cerebro para cosas menos banales y que pueden analizar las cosas y darse cuenta de la realidad que los rodea. Sin embargo para todos sin excepción, salvo unas muy pocas, esa imagen del exterior fue forjada en la infancia, cuando somos vulnerables a historias, a lo que escuchamos, leemos o vemos especialmente, y nos armamos, con ayuda de otros claro, una utopía de lo que es el exterior. Es claro que en nuestro caso de igual manera debido a que muchos crecimos en una sociedad en dónde todo el mundo se queja por todo, dónde la corrupción y la violencia estaban a la orden del día y demás traumatismos de la sociedad colombiana, siempre el exterior era mejor que lo que veíamos adentro, ya que nos vendieron esa imagen de cuasi perfección que aquí es inalcanzable para muchos, a su forma de ver.
La verdad es que aunque ya muchos lo sepan o lo intuyan, la verdad es completamente diferente. Sé que para muchos esta revelación no es novedosa y no es nada del otro mundo, y en realidad no lo es, pero siempre hay algo más allá que a diferencia de muchas otras personas que he tenido la fortuna de conocer he percibido que otros no y muchas veces para los demás todo se queda en el poder decir o mostrar x o y de ir o conocer tales y cuales, pero realmente no hay una observación profunda de la cualidad humana.
No es nada novedoso saber que nada de lo que nos dicen, o por lo menos el 80% o más, es acomodado para mantener a la gente dónde los gobernantes e instituciones que controlan todo nos quieren tener, no se trata de hablar de teorías de conspiración, aunque no soy ajeno ni completamente indiferente a ellas no me refiero a un plan maestro para controlar a la gente, simplemente que es evidente que el mundo está en manos de unos pocos que no quieren perder el control y simplemente mantienen el juego lo más que puedan para poder continuar con su estatus. Eso de pronto para muchos no es un secreto, pero para otros tantos quizás esa idea jamás se ha cruzado por la cabeza o no la han analizado lo suficiente como para caer en cuenta que es así y siempre ha sido así y que a pesar de que con la nueva era la mentalidad de la gente cambie, siempre seguirá siendo así.
Una de las cosas que más me ha sorprendido de andar por ahí es que realmente no hay diferencia de nada en ningún lugar con nadie. Si hay diferencias de cultura por cosas históricas, cosas de credo, que son generalmente las peores de todas y las que más daño han causado a la humanidad, y otro montón de cosas que son físicas externas, clima, geografía, etc, que hacen que haya “diferencias” entre todos nosotros. Al final la verdad es que todo es mucho más simple de lo que parece, puede sonar algo deprimente ya que podrán pensar que uno ya no encuentra emoción en nada y que todo es igual, en un comienzo si, no se puede negar que se pierde la emoción del mundo al darse cuenta que realmente nada tiene más sentido que lo más simple que nos podamos imaginar, pero una vez superada esa etapa se empieza a disfrutar de la igualdad, o por decirlo de alguna manera de que no existe absolutamente ninguna diferencia de nada para nada con nadie ni en ningún lugar. De cierta manera se cambia la cara de la moneda y se comienza a disfrutar lo predecible del mundo, comienza a disfrutarse la predictibilidad de las cosas sin importar consecuencias, razones ni nada por el estilo.
Digamos que es una manera de disfrutarse la simpleza, lo banales que somos, lo esenciales, lo tremendamente sencillos que somos en lo que se refiere a humanidad y a mundo como tal, porque evidentemente el ser único tiene rasgos, por cosas culturales, educativas, antes mencionadas que hacen que haya algo “diferente” en el trato con ellos, pero eso es a un nivel diferente y que tiene que ver con otra cantidad de cosas, banales y predecibles, que hacen que dos personas por ejemplo se unan o que uno tenga cierto tipo de amistades o no, pero en el panorama general es igual para todos y es lo más aburrido y sencillo del mundo.
El punto es que la predectibilidad es algo aburrido, es una rutina que lleva siglos, desde la creación del universo y de nuestra aparición en el planeta tierra, pero dentro de esa rutina predecible y aburrida se encuentra básicamente todo lo que queremos saber de todo, hay que saber mirarla, buscarla y claro interpretarla. Casi todos pensamos que los misterios de Dios, de la vida, la muerte y todo lo demás es algo demasiado complejo para entenderlo, eso es lo que nos han hecho creer las diferentes ramas de la fe que nos han contado un cuento, no muy bien contado a todas estas, de lo que se supone son todos estos misterios, que evidentemente nos hemos creído, a veces en mayor o menor medida, pero todos tenemos las mismas preguntas y pensamos en las mismas cosas, así de elementales y predecibles somos. Pensamos que es algo demasiado complejo, que son cosas más allá de nuestro entendimiento, y claro cómo no si los mismos que promueven este tipo de cosas sea por parte religiosa o científica no entiende realmente tampoco el por qué de nada ni el para qué, por lo tanto no pueden explicárnoslo de una manera razonable porque ni ellos lo entienden. En el caso científico muchos podrán decir que ellos si comprueban la existencia de cosas o que hay ciertas que funcionan de cierta u otra manera, y sí ese es el trabajo, pero igual no pueden ni podrán explicar el por qué de la existencia de dichos procesos. Es como que puedan explicar qué hace el la partícula de Higgs, pero jamás podrán explicar en sí por qué existe en primera instancia, por qué su función tiene que existir y el quién o para qué creo dicha partícula. Por lo tanto la ciencia nos explica los misterios que no entendemos, avanza en tecnología y en darnos a entender el funcionamiento de las cosas, pero jamás podrá explicar por qué ese funcionamiento que ellos explican y entienden es así y no de otra manera y el por qué de entrada existe ese funcionamiento.
Pero eso es harina de otro costal, al final aunque muchos no estén de acuerdo o crean que no hay excitación en la vida al darse cuenta de lo predecibles, rutinarios y completamente sencillos que somos, yo les diría que se equivocan. Pienso que es mucho mejor saber, de esa manera se disfruta ese saber, la transición no es fácil y no se puede negar que al ver las cosas de esa manera el mundo se vuelve un lugar deprimente del cual no hay salvación y en el cual no va a acontecer mayor cosa diferente a lo que ha pasado durante toda nuestra historia, pero eso para mí es el impulso para poder disfrutar cada minuto de lo que me quede, eso hace que cada cosa tenga más valor y que ya no tenga que preocuparme por nada, no tener miedo de nada, no tener que pensar en nada. En teoría es mucho más fácil claro, no se puede negar que hay momentos en que entran esas tensiones de ser humano y los problemas dan vueltas en la cabeza y vuelve uno a lo común y corriente de todo el mundo, lo cual al final no es tampoco tan malo como suena, pero cuando hay momentos de “lucidez” puede uno simplemente estar ahí, igual que todos, ayer hoy y mañana, en lo mismo pero con el plus de no tener que vivir como se haría de cierta manera sino con algo más de emoción, algo más de ganas por seguir día a día en la misma predectibilidad, en la misma rutina, que se repita una y otra vez, al final no nos queda realmente nada más, no hay nada por más emocionante que hagamos que se convierta en algo más o inclusive en otra rutina para salir de la rutina.
Creo que hay que adoptar nuestra tremenda sencillez y predectibilidad para poder realmente sacarle provecho a las cosas que nos rodean, carpe diem, vivir el día, disfrutar, no preocuparse por las cosas complejas, por preguntarse, por querer hacer algo, ser alguien, mostrar, por tener una “buena vida”, no existe tal cosa como una buena o mala vida, no existe nada de eso que creemos o nos han hecho creer que es buena o mala vida, esos conceptos sirven para mantener una moral en la gente para poder de cierta manera llevarnos lo mejor posible y poder castigar ciertos comportamientos que hacen daño, pero el concepto en sí es erróneo y falso. Simplemente hay que ser, hacer y no hacer, salir cada día y disfrutar de que todo es igual y que siempre será así, sin afanes de llegar a ningún lado, ni de estar en ninguna parte o de ser algo o alguien para muchos o para nadie, si acaso para uno mismo. Todo es lo mismo una y otra vez, todo es demasiado sencillo para buscarle la complejidad, extrañamente nosotros nos hemos vuelto expertos en encontrar respuestas a cosas complejas pero nos hemos vuelto muy malos para buscarlas en las cosas elementales y sencillas, porque al final es mucho más complicado explicar algo sencillo que algo complejo, y es por eso que a veces la humanidad se aleja de sí misma, por el concepto erróneo de que en lo complejo e inexplicable se encuentran todas las respuestas y las razones del universo, cuando realmente es mucho más sencillo que eso, pero a veces somos demasiado ciegos para ver en las cosas sencillas toda la complejidad que éstas traen y con ellas todo lo que hemos estado buscando siempre.

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