2/8/13

El escondite

 Pensé que la etapa de andar huyendo y esconderse y hacerse la persona que no entiende nada, no oye, no ve y no le interesa había pasado ya. Uno creería que a cierta edad este tipo de juegos o de esas cosas de no dar la cara y afrontar las cosas ya habría pasado. Pero me he dado cuenta que realmente todavía quedan algunos por ahí que les gusta jugar a esconderse, y creyendo además que uno no se da cuenta de ello.
Es algo triste ver cómo se manejan ese tipo de moralidades o de conveniencias en nuestra sociedad, la gente, mucha no toda, lo mantiene a uno ahí, como por si acaso algún día se me ocurre o requiero de algún tipo de servicio que ésta pueda aportar. Digamos que en términos generales, incluyendo ocupaciones normales, horarios, círculo cercano de amigos, etc, esto no es tan extraño y todos en cierta medida lo hacemos o lo hemos hecho en diversas ocasiones. Hasta aquí nada exageradamente extraño, empezando porque generalmente este tipo de relaciones con dichas personas son simbióticas, ni de un lado ni del otro realmente existe algo más allá de la eventual casualidad o necesidad.
En términos globales, para aquellos que han tenido la experiencia, esto también ocurre en todo lado, no es algo de la idiosincrasia nacional o latinoamericana específicamente, pero si existe algo que hace toda la diferencia. Lo que hace realmente la diferencia y hace que en otras circunstancias, o latitudes, este tipo de comportamiento se tome como más irrelevante, es que de entrada uno sabe como son las reglas del juego, las personas no se desaparecen después de haber estado ahí, no se pierden, no se esconden, nunca han estado, solo aparecen como en momentos requeridos, usualmente cuando uno lo requiere o ellos lo requieren a uno, pero la diferencia es que como nunca realmente han estado en primer lugar el hecho de que simplemente aparezcan hace que ese tipo de acción de por sí ya pague por el hecho de no estar, mejor dicho cumplen a cabalidad con la función por la cual existen alrededor de nosotros que es no estar nunca sino solamente a veces, y viceversa, pero no existe el esconderse el tratar de localizar a alguien que se hace el desaparecido y que no responde a los llamados.
Son circunstancias muy diferentes aquí la gente tiende a hacer visible y decir presente, cuando le conviene, y luego a veces por miles de motivos válidos o no o por cosas de la vida se desaparecen, hasta aquí es algo que puede y suele pasar. Pero cuando existen los medios de contacto para retomar esa actividad, normal antes de ser visible, y la persona se esconde, se hace el de la vista gorda y se desaparece, o eso creen ellos como si uno no se diera cuenta, es lo que hace que lastimosamente se maneje demasiada hipocresía y conveniencia en nuestra sociedad.
Más allá de desaparecerse o no el problema de fondo es realmente ese intentar, a veces in extremis de hacerse invisible, de hacer de cuenta que no sabe nada, que uno lo busca pero esta persona sigue escondiéndose. Eso lo puedo entender de personas de 15 años, entre otras, en adultos estos casos aunque escasos también existen, pero claro la medida debería ser menor. Es algo triste y patético realmente que dichas personas simplemente no den un paso al frente y digan las razones por las cuales se han desaparecido de un momento a otro y por las cuales no responden a señales de contacto evidentes, no sé a que le temen, por dios somos gente que puede simplemente hablar las cosas, hay mal entendidos, a veces no se sabe como responder ante ciertas cosas, manejar diferentes situaciones pero esconderse no es una solución, es más empeora el problema y en mi caso simplemente me da una tristeza y una tremenda lástima por las que lo hacen, no se realmente a qué le tienen miedo.
Pero no todo es malo, existen personas con las que realmente se pasan buenos momentos, que uno saben que nunca le van a fallar, y si lo hacen seguramente va a ser por circunstancias a veces inmanejables o sin intenciones de realmente hacernos daño, en muchos casos. Esta persona en especial está ahí, no se esconde, podría hacerlo y de pronto puede que lo haga pero sé que tendrá luego la valentía suficiente para afrontar las cosas y salir de eso, nada de conveniencias ni dobles morales. Esta persona realmente te hace sentir bien, se comparten buenos momentos y de alguna manera redime a todas las demás, estúpidas, que andan por ahí escondiéndose como si esto fuera una cacería o algo por el estilo. Esta persona hace que te sientas bien, que puedas compartir, que realmente sepas que esta ahí, que no se esconde y que siempre estará en pie de lucha para seguir el camino con uno a pesar de todo, esta y otras tantas que están alrededor al final son las que uno puede mirar fijamente sin miedos ni prejuicios y decir las cosas como son sin temor a que huyan y se escondan al primer percance que se presente, que no tienen conveniencias o se hacen los ciegos o de oídos sordos. Estas personas son las que alegran el día a día, a pesar de que no están con nosotros todo el tiempo, pero de alguna manera siempre lo están así sea en pensamientos, éstas son las que valen la pena y al final sean los motivos que sean por las cuales algunas salen y se esconden, eso les hace perder todo respeto y todo valor porque sea la razón que sea hay que afrontarla y no desaparecerse.
A las que siguen sin miedo y permanecen ahí a pesar del tiempo, los años, la distancia a ellos les debo mi respeto y admiración, a las que ahora están ahí, especialmente una, todavía más ya que son las que hacen que todo tenga una razón para seguir adelante, a veces solamente para compartir al lado de ellas los diversos momentos de la vida que nos ayudan a seguir adelante y crecer, sin esconderse, sin desaparecerse, sin juegos ridículos sino con valentía y con respeto.

No hay comentarios: