Gente, una palabra tan indeterminada pero al mismo tiempo tan certera y perfecta para describir a ese grupo indeterminado de personas. Gente, eso es lo que hay aquí y allá y en todo lado, y no me refiero al aspecto tan genérico, o sea la gente de la población mundial, porque aunque no lo crean aparte de este término despectivo, gente, no toda la gente es igual, hay sub grupos, u otras denominaciones dependiendo del tipo de gente del que estemos hablando.
A mi casi nunca me ha gustado la gente, bueno realmente poco me gusta la gente, pero no me gusta no por su generalidad, potencializada por la sociedad post moderna o contemporánea, como le quieran decir en términos prácticos es la misma cosa, en la cúal la gente hace rato parece que hubieran dejado de ser gente y han pasado a ser todavía más genéricos, como hormigas o robots o zombies, al final es lo mismo. Pero el punto social, y el contexto no me interesan ya, creo que ya todo el mundo tiene claro a que aspectos de esos contextuales y sociales me refiero, ya que he hablado de ellos varias veces en diversas entradas.
Independientemente de lo genérica que es ahora la sociedad, sin personalidad, todos queriendo lo mismo, yendo al mismo lado, con la incapacidad de pensar por sí solos y demás a mi no me gusta la gente porque siempre me ha decepcionado. Una cosa es ser un poco cerrado, obtuso y ser parte de un rebaño que simplemente va con la manada porque no tiene poder de decisión y no tiene más remedio que ver a dónde van los demás, pero como dicen por ahí lo cortés no quita lo valiente, o sea que el hecho de ser un robot o un zombie no significa que la gente tenga que ser mala clase, deshonesta y demás. Puede que lo primero influya de cierta manera lo segundo, seguro que así es, pero repito, lo cortés no quita lo valiente y el hecho de ser un ente más de la inmensa masa no significa que tenga que ser mala clase.
Y es realmente por esa razón que a mí la gente no me gusta, no porque sean parte del rebaño, yo muchas veces lo soy para tratar de no sentirme tan solitario y aislado de la triste realidad que vivimos. Pero en el fondo cada vez me gusta menos la gente por su incapacidad para sostener una palabra, por su capacidad de engaño, por su deshonestidad, por ser dobles, por tener máscaras, por ser los perfectos actores del teatro del absurdo. Si, lastimosamente, quizás, debería yo ser de la misma manera, seguramente lo estoy aplicando ya por precisamente los motivos antes expuestos, si no puedes con el enemigo pues únetele, al fin y al cabo a estas alturas del partido la gente siempre seguirá siendo gente, y no hay nada que yo pueda hacer al respecto. Lo único es escoger mejor la próxima vez a aquellos a los que les extiendo mi mano, les dedico cierto tiempo, interés, etc, pero pues igual no es un método muy seguro ya que igual, como hasta ahora, se pueden cometer muchas equivocaciones.
Pero bueno llorar sobre la leche derramada no sirve de nada. El punto es que la gente no me gusta porque aparte de ser demasiado predecibles, en cuanto a las actividades zombies se refiere, también se ha vuelto todo tan evidente que las mismas malas características se encuentran en toda la gente. Lo cual hace que todo se vuelva más deprimente y cómo dije al comienzo gente hay en todo lado, las características de la gente de allá o de aquí es simplemente el nivel de hipocresía, mentira y capacidades para hacer lo que saben hacer, de resto las razones, motivos y excusas siguen siendo las mismas, solamente se dicen en otro idioma y el lenguaje corporal y otros aspectos de idiosincrasia cambian, pero como ya he dicho varias veces los términos técnicos son simplemente eso, en la práctica es lo mismo, o sea los mismos con las mismas.
Ah la gente siempre será la gente por más que uno tenga ideas utópicas y aún sea un poco inocente en cuanto a relaciones humanas se refiere. Al final no sé que es tan sorprendente de que el mundo esté como esté si posiblemente, seguramente, los que están ahí en las posiciones de poder y demás son gente y pues no hay mucho que esperar entonces de ellos. Creo que es mejor dejar de quejarse y comenzar a disfrutar quizás de esas ventajas de la gente, y de los contextos sociales que existen en el mundo, al final si a ellos nos les interesa nada o por lo menos no sé que les interesa, pues a uno menos, no vale la pena, esto ya está más perdido que más vale mejor divertirse, a la manera de cada cual dentro de los vicios, perversiones, depresiones y manías de cada quién que perder el tiempo con cosas del mundo y tratando de entender al resto. Hay algunas cosas que nunca cambian, otras por el contrario, tampoco, entre esas cosas, la gente.
A mi casi nunca me ha gustado la gente, bueno realmente poco me gusta la gente, pero no me gusta no por su generalidad, potencializada por la sociedad post moderna o contemporánea, como le quieran decir en términos prácticos es la misma cosa, en la cúal la gente hace rato parece que hubieran dejado de ser gente y han pasado a ser todavía más genéricos, como hormigas o robots o zombies, al final es lo mismo. Pero el punto social, y el contexto no me interesan ya, creo que ya todo el mundo tiene claro a que aspectos de esos contextuales y sociales me refiero, ya que he hablado de ellos varias veces en diversas entradas.
Independientemente de lo genérica que es ahora la sociedad, sin personalidad, todos queriendo lo mismo, yendo al mismo lado, con la incapacidad de pensar por sí solos y demás a mi no me gusta la gente porque siempre me ha decepcionado. Una cosa es ser un poco cerrado, obtuso y ser parte de un rebaño que simplemente va con la manada porque no tiene poder de decisión y no tiene más remedio que ver a dónde van los demás, pero como dicen por ahí lo cortés no quita lo valiente, o sea que el hecho de ser un robot o un zombie no significa que la gente tenga que ser mala clase, deshonesta y demás. Puede que lo primero influya de cierta manera lo segundo, seguro que así es, pero repito, lo cortés no quita lo valiente y el hecho de ser un ente más de la inmensa masa no significa que tenga que ser mala clase.
Y es realmente por esa razón que a mí la gente no me gusta, no porque sean parte del rebaño, yo muchas veces lo soy para tratar de no sentirme tan solitario y aislado de la triste realidad que vivimos. Pero en el fondo cada vez me gusta menos la gente por su incapacidad para sostener una palabra, por su capacidad de engaño, por su deshonestidad, por ser dobles, por tener máscaras, por ser los perfectos actores del teatro del absurdo. Si, lastimosamente, quizás, debería yo ser de la misma manera, seguramente lo estoy aplicando ya por precisamente los motivos antes expuestos, si no puedes con el enemigo pues únetele, al fin y al cabo a estas alturas del partido la gente siempre seguirá siendo gente, y no hay nada que yo pueda hacer al respecto. Lo único es escoger mejor la próxima vez a aquellos a los que les extiendo mi mano, les dedico cierto tiempo, interés, etc, pero pues igual no es un método muy seguro ya que igual, como hasta ahora, se pueden cometer muchas equivocaciones.
Pero bueno llorar sobre la leche derramada no sirve de nada. El punto es que la gente no me gusta porque aparte de ser demasiado predecibles, en cuanto a las actividades zombies se refiere, también se ha vuelto todo tan evidente que las mismas malas características se encuentran en toda la gente. Lo cual hace que todo se vuelva más deprimente y cómo dije al comienzo gente hay en todo lado, las características de la gente de allá o de aquí es simplemente el nivel de hipocresía, mentira y capacidades para hacer lo que saben hacer, de resto las razones, motivos y excusas siguen siendo las mismas, solamente se dicen en otro idioma y el lenguaje corporal y otros aspectos de idiosincrasia cambian, pero como ya he dicho varias veces los términos técnicos son simplemente eso, en la práctica es lo mismo, o sea los mismos con las mismas.
Ah la gente siempre será la gente por más que uno tenga ideas utópicas y aún sea un poco inocente en cuanto a relaciones humanas se refiere. Al final no sé que es tan sorprendente de que el mundo esté como esté si posiblemente, seguramente, los que están ahí en las posiciones de poder y demás son gente y pues no hay mucho que esperar entonces de ellos. Creo que es mejor dejar de quejarse y comenzar a disfrutar quizás de esas ventajas de la gente, y de los contextos sociales que existen en el mundo, al final si a ellos nos les interesa nada o por lo menos no sé que les interesa, pues a uno menos, no vale la pena, esto ya está más perdido que más vale mejor divertirse, a la manera de cada cual dentro de los vicios, perversiones, depresiones y manías de cada quién que perder el tiempo con cosas del mundo y tratando de entender al resto. Hay algunas cosas que nunca cambian, otras por el contrario, tampoco, entre esas cosas, la gente.
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