Te conozco

Te conozco bien, por eso quizás no puedes ver ninguna reacción en mi rostro. Te conozco bien y eso hace que todo sea igual que ayer y que mañana. Te conozco bien y es por eso que quizás no haya ya ninguna emoción, solamente alguna palabra de afirmación o negación de alguna de esas banales complejidades de la vida. Te conozco bien que por eso ya no espero, o sigo esperando pero sin tener ningún objetivo fijo, ya no hago sino esperar porque te conozco bien.

Luego no hay nada, que podrá haber después de conocer tan bien todo eso que se presenta al frente?. Te conozco bien y sabes que miento, porque me conoces bien, y por eso no hay emoción en tu rostro y a veces ni siquiera afirmaciones o negaciones a una de las trivialidades de la vida. Me conoces bien y sabes que solamente espero, porque te conozco bien, y tu me haces esperar porque me conoces bien, nos conocemos lo suficiente que nos quedamos estáticos, tú allá y yo aquí, o yo allá y tu aquí, mirando el pacífico infinito que si nos espera, porque no nos conoce bien. Te conozco bien y sé que mientes cuando callas y sé que mientes cuando tratas de acercarte, es solamente un manera de desempolvarte. Me conoces bien y sabes que espero, y que seguiré esperando, así ya te conozca lo suficiente, así sea porque te quiero recordar como ya te conozco, así sea porque quiero dejar de esperarte.

Te conozco bien, seguramente más de lo que me conozco a mí mismo y eso te aleja, eso me aleja, eso me conmueve y sigo esperando el sonido del teléfono para saber que me conoces bien y que te conozco bien, y que estás ahí, y que estoy aquí, a una distancia insignificante que solamente es separada por nuestras infinitas leguas de conocimiento, porque te conozco bien, porque me conoces bien. Pero estaré aquí, a veces en otro más allá o más acá, esperando la estrella fugaz, el brillo de una mirada, el sonido de un teléfono, una carta, y sabré que me conoces bien y que te conozco lo suficiente para dejar de conocerte y volver a hacerlo un par de veces más.