Una famosa, o creo yo, frase de una canción de U2, que personalmente me gusta, la frase no la canción, porque en su momento me pareció ser muy cierta, ahora ya no estoy tan seguro de eso. Después de haber cambiado de casa, no de corazón, y de haber dejado esa nueva casa por un tiempo y retornar a ella hace 24 horas estoy en una encrucijada. Antes de volver tenía la idea de volver, mis cosas, mi espacio, pequeño pero mío al fin y al cabo, la gente con la que convivo, mis paredes, mi olor, mi energía, mi nueva ciudad, mi vida. Luego cuando venía volando y recordando mi travesía por dos países completamente diferentes en semana y media, sumándole que igual donde vivo es igualmente diferente a los dos países recorridos, me dí cuenta que aunque tengo un sentido de "pertenencia" de cierta manera con ésta, mi "casa", realmente no siento que realmente ahora tenga una.
Todos tenemos una historia, no importa como la veamos, si tragicomedia, comedia, o lo que sea, en mi caso es como ciencia ficción, pero bueno el punto es que eso según lo que creía, me habían dicho y pensaba era lo que lo definía en cierta manera a uno, lo que se ha hecho, lo que no y las cosas que lo marcan a uno o lo hacen ser como se es por diferentes motivos. No siempre la historia es la que uno quiere que sea, creo que en casi el cien por ciento de los casos no es así, pero bueno nos toca vivir la que nos toca, porque nos toca. Recorriendo los diversos lugares, entre los miles de lugares que me faltan por conocer, y recopilando esas historias particulares de cada país, de sus habitantes y de su lugar en este inmenso mundo tan pequeño me doy cuenta que quizás, no sé si sea en mi caso particular o en general, no tengo historia, no tengo casa y tengo un poco de todo y realmente nada.
Hay miles de historias, de como crecen y mueren civilizaciones, personas, egos, industrias, hitos, leyendas, mitos, creencias, etc, y cada una de esas hace parte de uno, uno tiene todas esas historias reunidas en lo que uno eso o llaman idiosincrasia y es lo que somos. Pero ahora hay tanto enredo por ahí de cosas que siento que me he apoderado de la historia de todos, pero que al final esa historia no le pertenece a nadie, no es de nadie, no va para ninguna parte y no significa mayor cosa. Eso me lleva de nuevo a eso de casa u hogar, no es lo mismo pero en este caso esa diferencia dialéctica realmente no me interesa, el caso es que en este divagar, del no saber todavía que va a pasar, o por lo menos no tener nada planeado a un mediano plazo me deja con el corazón en la mano y sintiéndome completamente sin casa. No sé ahora por dónde será la dirección o que es eso que se llama casa. No estoy muy seguro de que sea desde dónde en este momento escribo, no sé si sea desde dónde solía escribir hace unos meses y no sé si todo esto cambiara, no solo de ambiente, idioma, país o solamente de calle y tome otro rumbo.
Eso de que la casa u hogar está dónde el corazón se encuentra todavía me suena muy cierto, por lo menos me suena algo que tiene sentido, pero creo que no puedo diferenciar ahora en qué lugar se encuentra mi corazón o no sé si más bien sé dónde se encuentra pero no estoy muy seguro de querer que esté ahí, en ese hogar. Llevo muchos años buscando esa sensación, eso si lo sé cien por ciento, y llevo algunos años tratando como de poner fin a ese dilema y por fin dejar de cargar el corazón a cuestas y dejarlo descansar por largo rato en algún lugar y poder llevar a cuestas otras cosas. Cada vez me preocupo menos, pero sin embargo esta ahí, y ahora que por primera vez volví a mi verdadera e inamovible casa, siento que no lo he hecho, pero al mismo tiempo cuando hace un año volví a lo que creía era mi casa, recuerdo que sentí exactamente lo mismo, no haber regresado a casa.
No sé dónde estará el hogar o la casa, no sé si es dónde el corazón se siente cómodo o dónde los pensamientos están en ese lugar y esas personas que lo habitan. Puede que la frase suene muy bonita y rime simplemente con la idea de la canción, como sucede tantas veces, pero para mí de alguna manera cuando la escuché me pareció muy real y la sentí verdadera, así no más sin pensarlo tanto, pero ahora no sé si es o no cierto. Si lo es significa que he seguido un largo camino por muchos años y que pues seguiré andando hasta que por alguna razón me detenga. Si no es cierto significa que quizás haya perdido mi tiempo, que nada tiene ninguna razón y que nada de lo que he obtenido tiene sentido. Sin embargo la segunda opción me da la libertad o por lo menos la chance de que en algún momento mandaré todo al diablo y daré media vuelta, o simplemente siga derecho sin buscar el hogar, lo cuál creo que no estoy buscando realmente sino más bien el sentido metafórico del asunto, pero puede que tire el corazón al piso y ya no lo lleve a cuestas y me quite de igual manera ese peso de encima, con la certeza que nunca volverá a mí, como en la primera opción, y que será pisoteado por mí y miles de transeúntes y quedará olvidado ahí en algún lugar del este inmenso pero ridículamente pequeño mundo en el que vivimos y sea solamente parte de alguna historia.
Todos tenemos una historia, no importa como la veamos, si tragicomedia, comedia, o lo que sea, en mi caso es como ciencia ficción, pero bueno el punto es que eso según lo que creía, me habían dicho y pensaba era lo que lo definía en cierta manera a uno, lo que se ha hecho, lo que no y las cosas que lo marcan a uno o lo hacen ser como se es por diferentes motivos. No siempre la historia es la que uno quiere que sea, creo que en casi el cien por ciento de los casos no es así, pero bueno nos toca vivir la que nos toca, porque nos toca. Recorriendo los diversos lugares, entre los miles de lugares que me faltan por conocer, y recopilando esas historias particulares de cada país, de sus habitantes y de su lugar en este inmenso mundo tan pequeño me doy cuenta que quizás, no sé si sea en mi caso particular o en general, no tengo historia, no tengo casa y tengo un poco de todo y realmente nada.
Hay miles de historias, de como crecen y mueren civilizaciones, personas, egos, industrias, hitos, leyendas, mitos, creencias, etc, y cada una de esas hace parte de uno, uno tiene todas esas historias reunidas en lo que uno eso o llaman idiosincrasia y es lo que somos. Pero ahora hay tanto enredo por ahí de cosas que siento que me he apoderado de la historia de todos, pero que al final esa historia no le pertenece a nadie, no es de nadie, no va para ninguna parte y no significa mayor cosa. Eso me lleva de nuevo a eso de casa u hogar, no es lo mismo pero en este caso esa diferencia dialéctica realmente no me interesa, el caso es que en este divagar, del no saber todavía que va a pasar, o por lo menos no tener nada planeado a un mediano plazo me deja con el corazón en la mano y sintiéndome completamente sin casa. No sé ahora por dónde será la dirección o que es eso que se llama casa. No estoy muy seguro de que sea desde dónde en este momento escribo, no sé si sea desde dónde solía escribir hace unos meses y no sé si todo esto cambiara, no solo de ambiente, idioma, país o solamente de calle y tome otro rumbo.
Eso de que la casa u hogar está dónde el corazón se encuentra todavía me suena muy cierto, por lo menos me suena algo que tiene sentido, pero creo que no puedo diferenciar ahora en qué lugar se encuentra mi corazón o no sé si más bien sé dónde se encuentra pero no estoy muy seguro de querer que esté ahí, en ese hogar. Llevo muchos años buscando esa sensación, eso si lo sé cien por ciento, y llevo algunos años tratando como de poner fin a ese dilema y por fin dejar de cargar el corazón a cuestas y dejarlo descansar por largo rato en algún lugar y poder llevar a cuestas otras cosas. Cada vez me preocupo menos, pero sin embargo esta ahí, y ahora que por primera vez volví a mi verdadera e inamovible casa, siento que no lo he hecho, pero al mismo tiempo cuando hace un año volví a lo que creía era mi casa, recuerdo que sentí exactamente lo mismo, no haber regresado a casa.
No sé dónde estará el hogar o la casa, no sé si es dónde el corazón se siente cómodo o dónde los pensamientos están en ese lugar y esas personas que lo habitan. Puede que la frase suene muy bonita y rime simplemente con la idea de la canción, como sucede tantas veces, pero para mí de alguna manera cuando la escuché me pareció muy real y la sentí verdadera, así no más sin pensarlo tanto, pero ahora no sé si es o no cierto. Si lo es significa que he seguido un largo camino por muchos años y que pues seguiré andando hasta que por alguna razón me detenga. Si no es cierto significa que quizás haya perdido mi tiempo, que nada tiene ninguna razón y que nada de lo que he obtenido tiene sentido. Sin embargo la segunda opción me da la libertad o por lo menos la chance de que en algún momento mandaré todo al diablo y daré media vuelta, o simplemente siga derecho sin buscar el hogar, lo cuál creo que no estoy buscando realmente sino más bien el sentido metafórico del asunto, pero puede que tire el corazón al piso y ya no lo lleve a cuestas y me quite de igual manera ese peso de encima, con la certeza que nunca volverá a mí, como en la primera opción, y que será pisoteado por mí y miles de transeúntes y quedará olvidado ahí en algún lugar del este inmenso pero ridículamente pequeño mundo en el que vivimos y sea solamente parte de alguna historia.
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