28/7/09

La ventaja de no pertenecer

Eso de ser alguien, que está en algún lugar permanentemente, o sea por largos períodos de tiempo que ya todo es habitual. Eso de por circunstancias de la vida misma, o sea del destino o camino de vida que uno se forja, que al final viene a ser lo mismo, nos lleva a habitar en un lugar determinado, permanecer, simplemente permanecer.

Creo que a la mayoría de la gente en el mundo le toca padecer eso de permanecer, supongo que es mejor así que tener a todo el mundo revoloteando siempre, y por eso quizás existen países y fronteras y demás cosas siempre sin sentido de nuestra cultura humana. Pero hay otros, para mí privilegiados muchas veces, que son nómadas, que van de un lado a otro, nunca permanecen, o por lo menos no el tiempo suficiente para que un lugar se apropie de ellos y ellos del lugar. Andan por ahí revoloteando en medio del inmenso mundo, de un lado a otro, nunca con un destino fijo y mucho menos por períodos de tiempo realmente establecidos. Simplemente van, son los vagabundos del mundo en busca de nada y de todo, simplemente su destino es el de vagar, ir y venir siempre, sin pertenecer a ningún lugar y siempre ser ajeno, pero un habitante del mundo.


Esos nómadas quizás para muchos tienen desventajas, no hay vínculos, no hay realmente alguna relación con ninguna persona o lugar el cual habitan por poco tiempo. Pero a su vez como todos ellos solo arriendan un espacio en el mundo, y pueden disponer de ese espacio que deseen en el lugar que deseen por el tiempo que deseen. El hecho de estar vivos nos da ese derecho, ya hemos pagado todas las cuotas de arriendo de la vida y por lo tanto hace parte de nuestros derechos como humanos. Quizás la vida es muy sencilla y realmente plana en todos sus aspectos, independientemente de los planes de vida que tenga cada uno, tradicionales o no, todos tienen un croquis de lo que esperan de la vida, y en el fondo aunque no todos soñamos con los parámetros sociales ya establecidos, de alguna manera algo nos queda de eso y soñamos con una vida igual a la de cualquier persona, solamenete que vista con nuestros ojos.

Es así que por momentos deseo ser un nómada, no pertencer a nadie, ni a nada, ni a ningún lugar, quizás solamente tener recuerdos de lo que he visto y que lo que he visto sepa que existo, así sea vagamente. No quiero permanecer ni aferrarme lo suficiente a algún lugar para que llegado el momento tenga que partir y sea aún más difícil, porque el lugar ya es mío, o por lo menos se siente así, y estar en otro lugar sea completamente diferente, y completamente irresistible que pueda más lo anterior que lo nuevo.

Los nómadas tienen la ventaja de que nunca se acomodan, no tienen la necesidad de hacerlo, no es necesario, nada es necesario, solamente permanecer por poco tiempo, quedarse ahí y seguir como si nada hubiera pasado. A veces quisiera tener esa sensación de que nada reltivamente importante ha sucedido, es una de las mejores sensaciones que existen, solamente seguir, echarse a andar, sin prejucios, ideas, paradigmas ni nada, solamente estar y luego no estar para ser en otro lado y seguir. Esa es quizás la ventaja de no pertenecer.

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