5/3/09

Perfectos desconocidos

No sé si puede denominarse una cualidad, o un defecto, me inclino por lo segundo personalmente, pero eso de esperar algo, por pequeño que sea, de alguien es definitivamente un defecto. Ya tengo algunos años de vida, bien vividos en su mayoría a mi manera de ver, por otro lado invertí tiempo en otras actividades lo cual, como todo acto, tuvo la consecuencia de no permitirme vivir otra cantidad de cosas. A esta altura no puedo igual juzgar si fueron buenas o malas mis elecciones, pero si sé que hay algunos vacíos que de alguna manera se han compensado, y otros que nunca serán completamente sanados.

Entre tantas cosas en el transcurso de la vida, nunca aprendí del todo a no esperar nada de nadie, creo que he aprendido en gran manera a manejarlo, controlarlo y esperar que no me afecte, sobretodo de ciertas personas, cercanas evidentemente. De alguna manera he logrado una cierta distancia de ese tipo de emoción de decepción que produce la gente, toda, sin excepción. No se trata de toda la gente fuera de mí, obviamente estoy incluído en este grupo para los demás, yo soy toda la gente sin excepción seguramente para muchos aquellos que me conocen. El problema no creo que radique en equilibrar ese ayudate que yo te ayudaré, porque creo que es una utopía más que existe en medio del inconciente colectivo que se ha colado en nuestras culutras y mentes y nos hacen decir y actuar de cierta manera. No se trata tampoco de criticar esa actitud de prometer a futuro ciertas cosas por parte de las personas cercanas a uno y que en ese futuro nunca se cumplirán, o por lo menos no en un gran porcentaje.

El mundo funciona así, en medio de utopías e inconcientes colectivos acerca de cómo deberíamos actuar y obviamente acerca de cómo creemos que los demás, fuera de nuestra burbuja deberían hacerlo para con nosotros y el resto de los semejantes. Es una discusión bizantina y evidentemente no solucionable en la historia de la raza humana. Igual no se trata de prometer cambios para con esas promesas que no se cumplen con otros, porque ya estoy muy viejo para preocuparme por esas cosas que a nadie le preocupan. Y tampoco se trata de intentar miles de nuevas alternativas o maneras de hacer entrar a la gente, incluyéndome, en cambios de mentalidad general para un funcionamiento utópico colectivo.

No, la verdad se trata más bien de actuar con respecto a las situaciones y no permitir que éstas, inevitables comportamientos de entes conocidos en su mayoría, afecten el desarrollo mental y sentimental personal. En este caso creo que el hecho de esperar algo de ese personaje del cuál se supone se debe recibir algo, es el peor error que se puede cometer. Es triste, pero es real, ni siquiera la persona más cercana, pareja, hermano(a), amigo, etc, están en ese grupo aparte de gente de la cuál a uno poco o nada le importa lo que puedan hacer. Desafortunadamente el ser humano, por miles de procesos químicos, educativos, mentales, sociales, culturales, entre otros, creamos lazos con personas, semejantes que por alguna razón se presentan ante nosotros y hacen parte de nuestra precaria vida. Esto es quizás inevitable, y por alguna razón evidentemente sucede. El problema es que no sabemos el por qué de esa razón. Al final terminamos involucrados profundamente con algunos semejantes, no importa que tipo de función cumpla esa persona en nuestra vida, pero una vez están ahí ese lazo es casi indestructible.

Esto obviamente trae unas consecuencias profundas en nuestra manera de idealizar y ver a estas personas. Siempre esperamos que ese lazo, esa unión, signifique algo para los dos, claro siempre pesnamos desde nuestro punto de vista, lo cual hace que si el otro no está sintonizado con aquello que nosotros esperamos o creemos que significa ese lazo, nos decepcionamos. Ese tipo de relación ego-altruista entre nuestros cercanos y nosotros mismos nos llevan a estados quizás profundos de dececpción, con alguien, que realmente no tiene absolutamente nada que ver. Realmente nos enfuerecemos con la vida, las circunstancias y tantas otras excusas que podamos encontrar para justificar un enojo y un dolor en el alma, con el cual no volveremos a ver a esa persona de la misma manera, así siga a nuestro lado por el resto de nuestros días.

He pensado que eso de conocer demasiado a alguien, así sea por simple circunstancias de compartir tiempo muerto con esa persona sin necesidad de realmente estar buscando desde un comienzo un objetivo claro con aquella persona, hace que todo esto se vuelva más complicado y peor aún, más mortificante que cualquier otra relación. No es bueno definitivamente llegar a conocer a alguien lo suficiente, o en muchos casos creer que se puede conocer a alguien y esperar ciertas reacciones de ese alguien por el tipo de conexión que se ha creado para que haga algo que queremos o esperemos en silencio a que lo haga. Eso quizás es lo que más mortifica en el fondo y es ahí dónde el conocimiento de causa y obra con ciertas personas es insoportablemente innecesario, pero al mismo tiempo incontrolable e incontenible.

Creo que últimamente me he acostumbrado más a no conocer, o no querer conocer tanto a las personas, es mejor mantener una distancia, es mejor dejar algo a la duda, algo en secreto, es mejor no conocer demasiado de todo aquello que a uno de entrada le interesa. Es mejor mantener todo en un mundo incierto que no nos afecta, porque no sabemos lo suficiente para que lo haga. Es mejor tener esos perfectos desconocidos que están a la medida justa de lo que queremos, de esos que no saben mucho y de los que sabemos lo necesario. Esos que están para lo que necesitamos y viceversa, aquellos que no tienen la suficiente autoridad moral para reclamarnos algo o para llegar a incomodarse por alguna actitud. Esos que no tienen ningún compromiso real y que pueden faltar a la palabra y a las acciones cuantas veces sea necesario sin que nosotros nos inmutemos por ello, y a su vez nada en la relación cambia sustancialmente.

Viéndolo a un nivel más profundo es casi imposible, por no decir que es imposible, entablar un tipo de conexión real con alguien asi y me refiero a una conexión profunda como cuando decidimos compartir la vida con alguien y formar un solo mundo de dos. Si es algo difícil. Como es demasiado complicado tener que compartir día a día un trabajo o una actividad con alguien que inevitablemente se va a convertir en un puesto más en nuestra mente y quizás alma. Si, creo que eso también es una utopía, tener el lazo más profundo con alguien sin que realmente haya un lazo que martirize la mente y comprometa los sentimientos incómodos que pueden producir las falsas acciones y obviamente las no acciones prometidas por ese semejante.

Un perfecto desconocido es quizás la mejor manera de llevar todo tipo de relación en la vida, fuera de la familia que cumple otro lazo diferente pero igualmente doloroso muchas veces, y es quizás la mejor manera de involucrarse sin realmente estar involucrado más allá de lo estrictamente necesario. Es quizás la relación perfecta en todos los planos que pueda exsitir, no hay reclamos, no hay sospechas, no hay sentimientos intensos de decepción y demás, ya que realmente no existen los motivos para hacer nada de lo anterior. Una manera quizás pueda ser convertir ese lazo intenso en algo desconocido, puede funcionar pero al final quién sabe si será realmente efectivo y sea mas densa la sangre que el agua. Pero podría funcionar al final, habría que intentarlo.

En conclusión creo que es mejor mantener la distancia perfecta y el equilibrio perfecto en los lazos que creamos, la dificultad es quizás encontrar en que punto esta la línea entre el perfecto desconocido y el ir traspasar esa frontera y que sea imposible volver. De pronto el camino que se nos ha puesto en frente es el que nos quiere enseñar de que lado queremos estar, o si podemos encontrar otro camino en el cual podamos acallar completamente lo que tenemos dentro y simplemente dejar que todo pase sin importar todo lo que suceda y que simplemente sea como los días, que van y vienen sin mayor incidencia. Creo que todos estamos buscando algo que nos permita mantener todas esas situaciones lo más lejos posible y mantener, de una manera egoísta, intacta nuestra integridad, la que hemos creado, y no dejar que el exterior invada esa burbuja en la cuál vivimos. Yo me inclino por el perfecto desconocido, creo que he llegado a un punto en el que he podido mantener ese tipo de relación, pero también sé que en muchos casos he traspasado la línea en una abrir y cerrar de ojos y he estado ya comprometido más allá de lo esperado en el otro lado y en esos casos he fallado por no sólo esperar algo más allá de lo que debería sino también por comprometerme más allá de lo que las mismas circunstancias ameritan, y es ahí cuando las dos cosas se unen y se vuelven aún más insoportables, por ellos, por mí y por la pelea constante con la vida, que nada tiene que ver con nada, del por qué de todas las cosas. Sin embargo quizás seguiré buscando perfectos desconocidos, porque es un equilibrio no nocivo, no puedo decir que agradable del todo o molesto del todo, solamente no nocivo y eso me hace bien, o por lo menos hasta ahora eso es lo que creo. Así que los que se apunten a ser esos perfectos desconocidos, bienvenidos, igual creo que con uno realmente me conformo, con uno que seguiré esperando o me quedaré esperando, solamente el tiempo lo dirá.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gostei tu blog.
Portugal

Andrea Carolina dijo...

hola, me gusto este blog. pareciera que desconfiar de todo el mundo fuera la ley de supervivencia en la vida no? eso lo aprendi yo en mis pocos años, pero en realidad lo que creo es que es muy dificl llegar a conocer a alguien lo suficiente como para "confiar" o esperar cosas de la gente, solo se puede esperar de lo que se conoce de la gente y si te desepcionan no es culpa de ellos quiza mas de uno por el poco conocimiento que tiene de las personas y tambien las que escoje para relacionarse. Pero definitivamente esperar de la gente es un error de gran ingenuidad, a menos que se lleven años de relacion sea cual sea el tipo de relacion.

Rantés dijo...

Gracias por tu comentario. Quizás si o quizás no, igual esto es solamente un juego, a veces se pasa de ridículo, pero pues asi quisimos jugarlo.