23/2/09

Exorcismos

Quizás mucho de los dramas humanos provienen de golpes directos, algún trauma de la niñez o la adolescencia, que muchas veces suelen ser peores y posiblemente en su mayoría de nosotros mismos y nuestras ideas, casi siempre absurdas, de situaciones que realmente están lejos de la realidad. En otros casos, por lo menos el personal, el sufrimiento viene de la memoria, y no precisamente de la falta de ella, sino de un exceso, más allá de lo explicable de la misma.

Por naturaleza soy selectivo, creo que ese es el mecanismo de defensa que he ideado en muchos aspectos de la vida, para poder continuar, sin tener que castrar ese dolor placentero de recordar y siempre echar el cassette hacia atrás para recordar lo que no debería. En vez de castrar esa memoria y seleccionar esos recuerdos que sean bienvenidos, me he dedicado quizás a crear otros mecanismos, quizás más traumatizantes y complejos que ese detalle tan sencillo de no presionar el obturador cuando no se quiera, y eso ha terminado en cosas más allá de mi misma comprensión muchas veces, pero que están tan arraigadas ya, con sus raíces fuertes en mi cuerpo que es practicamente imposible librarse de ellas.

Todos usamos mecanismos de defensa para aislarnos de los demás, en situaciones no favorables, aunque en realidad es una manera de ocultar nuestros propios miedos a enfrentarnos a algo que nos aterroriza, y optamos por aplicar el plan b, que nos hará pasar inadvertidos, disimulando ese pavor para salir bien librados de esas cosas que nos atemorizan. Claro esto es algo que se aprende con el tiempo, luego de haber pasado por muchas situaciones atemorizantes que nos dejaron mudos o inmóvibles o simplemente vulnerables y es así como cada vez al no poder enfrentarlo creamos mecanismos que nos cubran, nos ayuden y nos den un refugio de eso externo que nos humilló de alguna manera y ahora nos ha dejado marcados.

En mi caso creo que escogí quizás algunas herramientas que no han empeorado pero tampoco mejorado las cosas. Una de mis armas, quizás mi manera de exorcisarme y sentir que de alguna manera estoy evolucionando hacia algo es el hecho de no olvidar. Puede ser un arma muy poderosa, pero de doble filo, por un lado quizás se logren enmendar a futuro errores del pasado, por el simple recuerdo de haberlos cometido y no querer repetirlo de nuevo. Pero por otro lado esas sombras y fantasmas del pasado quedan rondando y salen a jactarse de su exsitencia en los momentos que uno menos quiere. Ese es posiblemente mi caso, esos anclajes que andan por ahí latiendo siempre y al acecho no dejan quizás que siga adelante, pero por otro lado el hecho de tener esas espinas ahí clavadas hacen recordar que no debo seguir el mismo camino y dar los mismos pasos para poder evolucionar y esperar un resultado diferente. Es una relación simbiótica, un ying yang que está constántemente en funcionamiento y me tortura y me alivia a cada momento.

¿Cuál es el mecanismo que ustedes utilizan para cicatrizar, olvidar y enmendar cosas que quieren arreglar del pasado?. No lo sé, evidentemente hay muchos métodos, cada uno tendrá su propio karma pero a su vez su propio cáliz de salvación. Así como cada uno tendrá diversos métodos para ocultar otros o la gran mayoría de cosas atemorizantes que hay alrededor y nos dan pánico. Yo me cubro con otras actitudes, quizás el ser misántropo es la más fuerte de ellas, esa y el universo paralelo en el que siempre existo y creo e ideo otros universos conmigo y sin mí, con muchos yos con muchos nemesis con un poco de ambos y un poco de personas que me rodean que tienen algo que quiero y que no. Como dije, eso quizás no ha mejorado mucho las cosas, pero no las han empeorado, puede ser una posición conformista de no querer ir hacia ningún lado, y lo he pensado muchas veces, pero a su vez es la única manera en la que he encontrado cierta estabilidad límbica que me permirte coexistir más que con los demás, conmigo mismo y poder así llevarme al mundo exterior.

De pronto mi catalizador deba ser reformado y deba comenzar a olvidar todo eso que se mantiene escondido en el clóset para dar un paso firme al frente. O deba obligarme de maneras más drásticas a dar ese paso y por puro instinto de supervivencia cuando llegue el momento, liberarme de todo eso que cargo y dejar atrás el caparazón para enfrentar la vida como debe ser. No considero igual de ninguna manera que sea un cobarde, todos lo somos, y quizás los que más posan de no sentir en absoluto nada a su alrededor que los afecte o algo interno es el síntoma de cobardía más grande que pueda existir. A mi no me da pena decir que sufro por el pasado así como por el presente y el futuro, y que mantengo unos mecanismos personales quizás no muy efectivos para todos, y quizás no los mejores, pero son míos y hacen parte de mi camino y mi andar por este mundo. Claro siempre hay que detenerse en el camino y pensar en revaluar paso, escuchar otras historias y compararlas, o simplemente escucharlas para dejar que otros sufran ese proceso y quizás revalúen sus propios mecanismos.

Por lo tanto seguiré utilizando uno y otro mecanismo, con algunas variantes quizás o simplemente los dejaré tal cual por el momento, mientras realmente no requieran un cambio radical y profundo. Y mi memoria seguirá siendo mi salvación y mi tormento, el ying y el yang de mi balance existencial en medio de este jardín de gente, descuidado, olvidado, mal mantenido por todos y cada uno de nosotros. Y lo seguiré haciendo para poder coexistir conmigo mismo y así coexistir con el mundo exterior a su vez, tener un lugar, cualquiera, para seguir caminando, tener mi espacio y mi existencia, igual a la de todos y recorriendo el mismo camino que todos tenemos que recorrer. Por ahora me quedo con las memorias, en sepia, en negro, en fantasma, en realidad o mentira. En los juegos del futuro, del pasado, del presente y de todas las emociones que palpitan en mis venas cada milésima de segundo y que hacen de esta una vida, la mía, parecida a la de todos, con mis trucos, parecidos a los de muchos, y mi forma de exorcisarme, como lo hacemos todos.

No hay comentarios: