24/2/09

Demasiado poco tiempo

Excusa o realmente el momento para querer dar el siguiente paso. Un poco de las dos, la vida siempre se encarga de tener un sarcasmo, una ironía y un sentido del humor único que juega una y otra vez con los momentos en los intrincados tiempos de la vida y seguramente se jactará de observar cómo sus planes desnudan la profundidad del ser humano y la agonía de tantos momentos en la vida.

Es así como ahora parado en el límite en el que no puedo echar marcha atrás comienzan a incrementarse aquellos sentimientos de que podría ser el momento de intentarlo una vez más. Quizás sea solamente una manera, inconsciente y consciente, de quizás no sentir que todo fue un tiempo perdido y que de alguna manera habrá algo bueno que recordar antes de partir definitivamente de este mundo. Puede ser también solamente una manera de dejar una huella en aquellos que se quedan y sentir que hubo una última chance de intentarlo, después de miles de intentos fallidos y que al final hubo una recompensa. Pero muy posiblemente sea una excusa para no querer partir, una excusa, perfecta además, que impida que se dé el siguiente paso y abandonar este mundo y perderse definitivamente en universos paralelos medio conocidos. Si, es muy posible que quiera uno aferrarse, como tantas veces, a lo conocido, a algo que lo haga sentir a uno como en casa, con esa seguridad y esa confianza de que nada malo podrá suceder y que todos los problemas han sido solucionados.

En el fondo pienso que es más lo último que todas las razones anteriores, es quizás un mecanismo para defenderme del paso al más allá y tratar de retractarme en mi decisión de partir y de que algo, por primera vez, realmente me aferre a este mundo y me mantenga ahí, seguro, confiado y satisfecho de lo que se tiene. Pero no, desafortunadamente no hay nada que pueda impedir mi partida, bueno quizás eventos de esos de uno en un millón que pueden interferir en ese camino, pero como tantas cosas en el mundo no dependen de mí, y no espero que sucedan, y tengo plena confianza en que nada de eso va a suceder y podré lograr mi cometido. Así que todo esto indica que no hay nada que pueda retroceder y hacer cambiar todo el panorama cercano de manera radical y además inmediata. Pero en el fondo lo que me mantiene inquieto, quizás en las noches, no es el hecho de tener el tiempo contado y la partida lista, sino el hecho de que ahora siento que tengo todo el tiempo del mundo, para tomarlo con calma, para tomarme todo como debe venir, para aprovecharlo, para sentirlo y compartirlo. Siento que tengo todo el tiempo del mundo para volver a intentarlo, volver a darle a la vida, a mí y a todos la oportunidad. Y eso sí que me molesta, ya que tengo demasiado poco tiempo, lo que me falta no alcanza para aprovecharlo, es demasiado corto, demasiado olvidado, demasiado sobrante como para poder hacerlo.

Siento el impulso de porbar, solamente por hacerlo, pero en el fondo sé que tampoco quiero hacerlo realmente, y sigo buscando excusas para no partir, para quedarme a esperar, como lo he hecho durante ya algunos años a que pase, y seguramente no pasará. Pero puede que esta vez la jugarreta sea al contrario y sí suceda y tenga todo eso ahí enfrente, dispuesto y solamente mío. Quizás le tengo más miedo a eso que a realmente no tener la chance, porque creo que es más doloroso tenerlo y no poder aprovecharlo que no tenerlo al final. Prefiero seguir con todo el tiempo del mundo, en el otro lado seguramente lo aprovecharé y seguiré teniéndolo, eso no se va a ver afectado realmente, el tiempo y la disponibilidad me seguirán a mí, no se quedarán en ningún lado. Así que prefiero no tenerlo, olvidarlo, que no haya oportunidades y que el peso en mi pecho sea olvidado y librado en medio de noches, de aquelarres y del inplacable tiempo que todo lo rige. De lo contrario si llego a encontrar, que a veces me da realmente miedo hacerlo, eso que me pueda atar, mantener e impedir mi vuelo, será más doloroso tener que dejarlo por el demasiado poco tiempo que poseo, porque mi partida al más allá esta más que firmada y con más voluntad y razón que sentimientos encontrados de desquite y de sentir que algo es merecido, no hay forma de echarme para atrás, y es por eso que tener demasiado poco tiempo es la carga más pesada que puedo llevar ahora.

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