25/10/08

Extraño

Todo podría ser un sueño, podrías no ser real y todo esto no sería más que otra patraña de Dios que echa de menos ser humano. Todo podría ser una broma de mal gusto, para encontrarte y luego perderte otra vez, o podría ser la línea fina del destino que no me deja avanzar sino retroceder y volver una vez más a ti, al mismo punto. Todo podría ser la mentira más grande de la humanidad, ¿seré yo esa mentira?, o serás tu la que es una ilusión vana de mis deseos, o me has creado dentro de tus sueños o pesadillas y soy no más el carnicero que acabará con los suspiros de tu pecho.

Ya no extraño nada, solamente las pequeñas cosas que solía sentir en medio de tanta gente, el olor de un café, el canto de un pájaro perdido en busca de su madre o de su destino. Las hojas que suavemente caían y acariciaban mis manos como saludándome y dándome la bienvenida. Extraño esos cigarrillos extraños de media noche con luna llena en dónde dibujaba tu figura con el humo que expulsaba, y el viento, ese viento que golpeaba mi rostor y me hacía olvidar aquellas penas del futuro y dejaba los dolores del pasado, que me hacían fuerte para seguir mirando al frente.

Extraño la piel, extraño los besos, extraño los labios, extraño suspirarte, extraño olvidarte, extraño extrañarte y olvidarte siempre a cada momento en que mi corazón late como si naciera de nuevo y muriera otra vez. Olvido todo aquello que dejé para simplemente soñarte en medio de los suburbios de mi mente y entre los buses y las calles atestados de gente que van y vienen sin saber si vienen o van para alguna parte. Y respiro tu aroma en medio del asfalto caliente y frío de las noches, en el rocío de la lluvia y en el rastro que dejas a cada silbido del viento que acaricia mis oídos.

Y todo podría ser un sueño, y podrías ser solo la ilusión de tus pesadillas y las mías. Ahora ando solo en medio de los pasos de otra gente que me llevan y me traen, me alzan y me estrujan sin darse cuenta, mientras te hablo en silencio y te escucho en medio del bullicio inmenso de mis pensamientos. Quizás solamente sea el producto de mi imaginación y tu al final no seas más que el producto de la imaginación de mi imaginación, lo cual nos pondría en una posición difícil, porque no existimos sino para lo etéreo del mundo, y no somos sino aquellos empedernidos viajantes que van en busca del otro, jugando a olvidarse, extrañarse y soñarse, hasta que al fin abramos los ojos y podamos sonreirnos frente a frente.

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