18/5/20

Relevancia

Creo que uno de los grandes problemas, o quizás el único y más grande problema de la raza humana, es el ego. Y hablo del ego en general como un concepto positivo y negativo, porque no todo en el mundo usa el ego para cosas negativas. Sin embargo el darle demasiada importancia, a nosotros mismos, hemos creado todo este ideal de que somos demasiado importantes como para salvar el planeta y demás cosas por el estilo.

Pero aquí voy a hablar de algo un poco menos global y algo más personal, y es la manera como nuestra percepción de nuestros propios sentimientos y pensamientos acerca de temas que son muy importantes para nosotros, son recibidos por aquellos, que por la circunstancia que sea están como receptores. 

Ahora esto lo hace más complejo aún, ya que muchas de estas ideas o sentimientos simplemente pueden salir a la luz durante momentos caudales en los cuales se debaten ideas al aire. En este caso poco importa la manera como sea percibido ya que es un público general y realmente no se espera ser recibido personalmente. Pero en situaciones más íntimas es cuando, nuestro ego, peca por querer recibir esa atención, casi que centrada y enfocada solamente en el mensaje que queremos transmitir. Y no solamente eso, esperamos que la otra persona esté lo suficientemente conectada, o tenga ese mismo nivel de empatía para darle la misma importancia y sentirlo de la misma manera como nosotros la sentimos.

La realidad es que nunca, por experiencia, alguien puede estar si quiera cerca de ese mismo nivel de comprensión, o intención que queremos. Nadie podría vibrar, o eso creo hasta ahora, en esa misma frecuencia, darle el mismo valor a las palabras y a las sensaciones que se quieren transmitir. Es ahí donde el ego sufre, porque es claro que muchas veces pensamos que todos deberían comprender o darle la misma importancia a lo que nosotros transmitimos. Cuando le damos mucha importancia a nuestras emociones evidentemente sufrimos por no poder hacer sentir o vibrar a las personas de la misma manera.

No sé tienen todas las respuestas ni la verdad de lo que es el universo, pero suelo pensar que no estoy tan lejos de algunas verdades que son claras y universales y me gustaría poder vivir en ellas, y que otros pudieran, dentro de su propio universo, vibrar y sentir a la misma frecuencia. Pero no, desafortunadamente no hay nadie que pueda nunca vibrar a esa frecuencia y que realmente esté conectado al mismo nivel. Evidentemente es algo extremadamente personal, y esa conexión, que solamente se encuentra en novelas de ficción o películas, realmente no existe, y es quizás por eso que se escriben esas historias, porque al final todos seguimos buscando lo mismo, y puede ser que somos conscientes de que es imposible encontrarlo, y por eso escribimos y lo representamos de manera que sea un reflejo de nuestros deseos. 

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