Han pasado algo así como 1,200 días desde la última vez que pasé por aquí. La ausencia se ha debido a muchos factores, y quizás a ninguno, sino simplemente a excusas y circunstancias que no son tan fuertes como para realmente haberme ausentado.
Sin embargo después de todo este tiempo siento que es momento de regresar. Muchas cosas han pasado, aunque viéndolas objetivamente, realmente no mucho pasa ni cambia, pero si ha habido acontecimientos y situaciones que han cambiado y me han hecho cambiar. Así mismo esas mismas situaciones me han dejado en el mismo lugar y con los mismo sueños, anhelos y deseos de hace años. Así que algunas cosas han cambiado, pero otras tantas siguen igual.
No he vuelto a leer lo que he escrito aquí, simplemente porque no quiero acercarme a ningún lado de la historia, ni quiero sugestionarme con cosas que hayan pasado que me lleven a quizás repetirme, más por sugestión por algo que haya leído, que por el presente. Es por eso que todo esto es del día de hoy, sin haber leído nada del ayer, sé que muchas cosas, como dije anteriormente, permanecen y siguen iguales, por lo tanto tampoco hace falta volver a viejos escritos para saber que sigo sintiendo muchas cosas igual que antes.
Grandes acontecimientos han sucedido, o al menos de pronto para muchos cosas que cambian la vida y motivos por los cuales regocijarse. En mi caso no puedo decir que son buenos acontecimientos, a los ojos de muchos, quizás de alguien sensible y objetivo con el mundo si lo son, pero en mi caso son simplemente anécdotas de mi vida, que puede ser o es como cualquier otra. Entre ellos ya llevo casi 5 años fuera de mi país natal, sin prospectos de regresar, me he convertido en ciudadano de un país que me ha acogido y me ha brindado al menos cierta tranquilidad que antes no tenía, he aquí una de esas cosas de las cuales han cambiado, y aunque no me siento particularmente especial por ese logro, al menos es algo que cierra definitivamente un ciclo en mi vida, y quizás una meta. Eso es positivo por un lado, pero por el otro ya no me quedan otras metas que seguir o a las cuales aspirar, me he quedado sin muchos motivos para seguir adelante realmente.
El hecho de haber cambiado mi vida y haber logrado ese paso que me brinda una tranquilidad, me ha llevado a otras cosas, que si son positivas desde mi punto de vista. He dejado de preguntarme el por qué de tantas cosas, el significado de la vida, he dejado el ego de creer que merezco algo simplemente por haber trabajado mucho por obtenerlo, sigo teniendo conflictos con esto, pero ha mejorado. He dejado de preocuparme mucho por el futuro, en muchos temas, sin embargo hay uno que sigue pendiente y presente. He dejado simplemente que todo fluya, siga su rumbo y me lleve a no sé dónde.
Me he dado por vencido en seguir ciertos caminos y buscar ciertas cosas, porque ya entiendo que no son necesarias, por lo tanto no me preocupo por este tipo de asuntos, banales y no, que en este momento han dejado de existir para mí. A pesar de todo esto hay cosas que no han cambiado y lo más triste y patético de todo, quizás, es que sigo buscando aquello que aunque puedo obtener simplemente no lo siento, esa chispa, esa conexión, esa sensación estúpida que llaman amor.
Si, la verdad entiendo y sé que eso que los humanos llamamos amor no es más que reacciones químicas en el cerebro, como una droga, que nos hace sentir bien alrededor de alguien y que quizás eventualmente muere o se necesita más y más para poder seguir. Aunque entiendo eso y lo acepto, porque sé que el amor como concepto universal es imposible de entender y sentir con nuestra carne, pero eso es tema para otro día, sigo anhelando sentirme como un adolescente, ese de las mariposas en el estomago y sentirme estúpido, por los años que sean necesarios, a pesar de que sé que es una ilusión.
Eso es más que todo lo que ha permanecido, ese anhelo, ese deseo, esa búsqueda por aquello que se me escapa. En parte es una pelea con la resignación quizás de entender que eso no es para todos y que de pronto jamás lo encontraré, y al mismo tiempo el deseo y el sentimiento de seguir buscando, quizás porque es lo único que me queda por hacer y encontrar para dejar de batallar con el resto de la humanidad.
Es triste, lo admito, porque tengo todo lo que necesito, las personas que necesito y no puedo quejarme del trato que me ha dado la vida hasta ahora, sin embargo mi constante búsqueda me impide quizás disfrutar de todo eso y es por eso que muchas noches y días siguen siendo grises y deprimentes. A veces pienso que realmente no entiendo lo que estoy buscando, no de manera objetiva y por eso no puedo verlo en frente mío o disfrutar de lo que se me ofrece. A veces simplemente creo que estoy pagando un karma, por el daño que haya hecho en el pasado, y la vida me castiga en la parte que más me duele.
No sé realmente, lo único que puedo decir es que después de 1,200 días eso no ha cambiado, se ha mitigado, se ha olvidado a ratos, se ha escondido, pero sigue ahí y cada vez que se asoma produce dudas, un tsunami, una tormenta, una vida que no quiero vivir, pero sin embargo aquí sigo, buscando quizás, esperando ese rayo que simplemente haga click y todo sea como en los cuentos de hadas.
A parte de eso he dejado de pelear con el mundo, con los demás, con todo lo malo que hay y con todas las utopías que deberían ser y no pueden. Dejé de pelear por haber nacido en un tiempo equivocado y simplemente trato de disfrutar mi vida en este momento lo mejor que pueda, a pesar de las dificultades. Soy inmensamente privilegiado, lo agradezco y sé que ninguna vida es perfecta, por lo tanto lo acepto, lo digiero, me hago a la idea y sigo adelante porque no tengo otra opción.
Puede que esto suene algo deprimente, como si nada hubiera cambiado, pero realmente no lo es, es un proceso de auto conocimiento, de conscientizarme, de crecer y de aceptar que la vida es así y no vale la pena luchar contra ello. Siento que he progresado y estoy mejor que antes, a pesar del vacío que tengo y de otras cosas que han pasado en el camino, creo que he salido bien librado de todas las viscicitudes de la vida. Agradezco donde estoy y hasta donde he llegado, casi todo por propio mérito y esfuerzo y dedicación, no le debo nada a nadie y no tengo que probar nada ya, sin embargo la búsqueda sigue, en silencio muchas veces, y es lo único que me impacienta y me hace desvelar muchas veces...
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