Fue como una dulce brisa de primavera, corta pero lo suficientemente fuerte para traer de vuelta todos esos recuerdos que uno no quiere recordar. Algo cambió sin embargo, el aroma es distinto, las palabras menos directas, verdades reveladas de la manera más trivial, sólo una cosa permaneció igual, el paso del tiempo, ese que a veces parece correr o que parece quedarse estático, el tiempo permaneció igual que siempre y corrió a la velocidad que debía correr.
Casi todo fue como antes, solamente que precisamente el mismo tiempo ha pasado, las sensaciones han cambiado de dirección y algunas otras cosas, pero algo se mantiene de igual manera. El tiempo, el tiempo lo puede todo, hasta puede con la vida, pero a pesar de que pase y pase algunas cosas simplemente parecen que están ahí por siempre, y un flash instantáneo de recuerdos se viene a la mente como si fuera ayer y permanecen con vida artificial por horas, a veces demasiadas. Quiero no querer, porque si quiero se que luego me arrepentiré por haber querido querer y luego saber que no debí haber querido.
Ha pasado y seguirá pasando hasta que quizás simplemente otra brisa me arrastre a otros lugares menos escabrosos y donde no haya necesidad de tantas cosas de las que ya no entiendo nada y de las cuáles me interesa saber poco. Ando regurgitando los años y las pocas horas que quedan, las que se fueron y esas que estuvieron ahí y lo que me he perdido por querer no querer para ahorrarme el suplicio. Tiempo después todo cambia y otras cosas permanencen en el mismo lugar, entre esas esos segundos y minutos de sonrisas y lágrimas y penas que no se ahogan en el alcohol u otras cosas porque desdichadamente son más sagaces que yo y siempre me burlan.
He decidio querer no querer porque luego si quiero todo se vuelve un problema inmenso, no realmente, pero siempre es bueno ponerle un poco de drama a las cosas insignificantes si no la vida no tendría ninguna emoción. Por lo menos no soy de esos que quieren y no quieren y terminan más enredados que cúando realmente quieren o no querer, yo por lo menos quiero no querer y eso basta, el drama siempre será la esencia básica de cualquier mal final de telenovela, pero al menos será recordado.
Siempre hay que escoger el camino menos transitado porque aunque parezca aburrido muchas veces contiene más recompensas, reales, que las del camino en el que todos están, como haciendo fila para ir al matadero, yo al menos me voy a morir sin filas, sin reclamos y sin tener que esperar más de lo necesario, he eliminado del camino todo aquello que estorba, que ahora se encuentra del otro lado y por eso prefiero no querer para no tener que pedir turno y hacer lo que no sé hacer y que no quiero aprender.
Fue como una brisa de primavera, de esas que suceden de vez en cuando, que pasan y dejan algo, pero al mismo tiempo se llevan más de lo que traen, quizás porque el truco está en ir dejando de a poco todo en el aire, para así no tener que pensar si quiero o no quiero, porque en ese momento simplemente todo se habrá deslizado por mis manos.
Casi todo fue como antes, solamente que precisamente el mismo tiempo ha pasado, las sensaciones han cambiado de dirección y algunas otras cosas, pero algo se mantiene de igual manera. El tiempo, el tiempo lo puede todo, hasta puede con la vida, pero a pesar de que pase y pase algunas cosas simplemente parecen que están ahí por siempre, y un flash instantáneo de recuerdos se viene a la mente como si fuera ayer y permanecen con vida artificial por horas, a veces demasiadas. Quiero no querer, porque si quiero se que luego me arrepentiré por haber querido querer y luego saber que no debí haber querido.
Ha pasado y seguirá pasando hasta que quizás simplemente otra brisa me arrastre a otros lugares menos escabrosos y donde no haya necesidad de tantas cosas de las que ya no entiendo nada y de las cuáles me interesa saber poco. Ando regurgitando los años y las pocas horas que quedan, las que se fueron y esas que estuvieron ahí y lo que me he perdido por querer no querer para ahorrarme el suplicio. Tiempo después todo cambia y otras cosas permanencen en el mismo lugar, entre esas esos segundos y minutos de sonrisas y lágrimas y penas que no se ahogan en el alcohol u otras cosas porque desdichadamente son más sagaces que yo y siempre me burlan.
He decidio querer no querer porque luego si quiero todo se vuelve un problema inmenso, no realmente, pero siempre es bueno ponerle un poco de drama a las cosas insignificantes si no la vida no tendría ninguna emoción. Por lo menos no soy de esos que quieren y no quieren y terminan más enredados que cúando realmente quieren o no querer, yo por lo menos quiero no querer y eso basta, el drama siempre será la esencia básica de cualquier mal final de telenovela, pero al menos será recordado.
Siempre hay que escoger el camino menos transitado porque aunque parezca aburrido muchas veces contiene más recompensas, reales, que las del camino en el que todos están, como haciendo fila para ir al matadero, yo al menos me voy a morir sin filas, sin reclamos y sin tener que esperar más de lo necesario, he eliminado del camino todo aquello que estorba, que ahora se encuentra del otro lado y por eso prefiero no querer para no tener que pedir turno y hacer lo que no sé hacer y que no quiero aprender.
Fue como una brisa de primavera, de esas que suceden de vez en cuando, que pasan y dejan algo, pero al mismo tiempo se llevan más de lo que traen, quizás porque el truco está en ir dejando de a poco todo en el aire, para así no tener que pensar si quiero o no quiero, porque en ese momento simplemente todo se habrá deslizado por mis manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario