Esto se ha convertido en una especie de novela de esas a las que nos han acostumbrado, que sin embargo seguimos viendo y leyendo porque no, en dónde las cosas se vuelven incansablemente predecibles y todos sabemos como va a terminar el cuento. Lo irónico del asunto es que en estos momentos, mi cuento no sé ni para dónde va, no sé ni siquiera si ya comenzó, ya terminó o mi libretista esta falto de inspiración y ha entrado en un limbo que me tiene en vilo esperando y esperando a que llegue la musa y finalmente pueda terminar lo que comenzó.
Es por eso que de pronto puedo estar estático percibiendo las historias de los demás, la misma novela con otro título y diferentes protagonistas, ahora como el mío, ese escritor perezoso que debe estar por ahí ahora divagando en otros mundos, mientras yo permanezco esperando saber como termina mi historia. No tengo más opción que observar a mis semejantes y leer la historia, lo que me sorprende y no a la vez es que para muchas de esas historias que estoy leyendo ya sé el final, sé como va a terminar todo y aunque no puedo escribir con certeza las últimas palabras, porque no me corresponde, he dilucidado el final de cada una de las historias en un gran porcentaje.
Es quizás porque somos demasiado predecibles, porque hasta yo lo soy de manera impredecible a veces, lo cual hace predecible mi impredicibilidad, si es que eso tiene algún significado, pero otros son solamente predecibles, no tiene nada de malo y nadie debería sentirse mal por ser predecible, fuímos creados para eso, nuestro propósito siempre ha sido predecible, que más que nacer para luego morir y morir desde que se nace, no hay nada más predecible a veces irónico, hipócrita y triste de lo que llamamos vida. Por lo tanto es el ser predecible no es malo, solamente es predecible y puede tender a la aburrición, sobretodo cuando uno está esperando el final de la propia historia y puede leer el final de los demás, muchas terminan en lo mismo otras son más complejas pero tienen tientes de humanidad que no se pueden evitar y por lo tanto esos tintes revelan toda la predicibilidad latente en cada uno de nosotros.
El problema radica en que ya no hay nada emocionante desde que se sabe el final de la historia, no se trata de ser pretencioso créanme sin querer queriendo como decía aquél famoso personaje he dado con los capítulos siguientes de las diferentes sagas que hay en el momento. No puedo decir que he acertado en un 100% pero bueno ahi voy, y no han sido una ni dos, sino varias. A veces pienso que debí ser antropólogo, o psicólogo o sociólogo, creo que hay una capacidad de esas que todo el mundo tiene por ahí escondidas que me permiten poder leer fácilmente los libretos, delinearlos y finalmente deducir lo elemental de cualquiera de nuestras películas. No sé, no me gusta ya poder predecir y no sentir sorpresa alguna con las historias. Cada vez me parece más un rebaño de ovejas que bramidos distintos y tonos de lana diferentes y por lo tanto el destino de aquellos rebaños ya todos lo conocemos aunque nunca pensamos en ello.
Es divertido leer las historias ajenas porque más allá de saber o no que va a suceder las similitudes con nuestra propia historia es tal que todo toma un color diferente y un significado totalmente distinto, al final en medio del rebaño estamos todos, lo intersante es ver entre tantas ovejas cúantas salen negras y la historia toma ese tono que precisamente pasará como algo de ficción, de esas cosas extrañas, surreales, utópicas y paradójicas en la existencia, precaria y joven, de la humanidad.
Igual quiero que mi "escritor", las comillas son importantes porque ahora pueden determinar a qué me refiero o no cuando lo digo, se levante pronto, o por lo menos se despabile, se tome un café bien negro, deje tanta vagabundería y porquería por ahí y se ponga a trabajar otra vez, a menos que la historia haya llegado a su fin o al menos la primera parte......
Es por eso que de pronto puedo estar estático percibiendo las historias de los demás, la misma novela con otro título y diferentes protagonistas, ahora como el mío, ese escritor perezoso que debe estar por ahí ahora divagando en otros mundos, mientras yo permanezco esperando saber como termina mi historia. No tengo más opción que observar a mis semejantes y leer la historia, lo que me sorprende y no a la vez es que para muchas de esas historias que estoy leyendo ya sé el final, sé como va a terminar todo y aunque no puedo escribir con certeza las últimas palabras, porque no me corresponde, he dilucidado el final de cada una de las historias en un gran porcentaje.
Es quizás porque somos demasiado predecibles, porque hasta yo lo soy de manera impredecible a veces, lo cual hace predecible mi impredicibilidad, si es que eso tiene algún significado, pero otros son solamente predecibles, no tiene nada de malo y nadie debería sentirse mal por ser predecible, fuímos creados para eso, nuestro propósito siempre ha sido predecible, que más que nacer para luego morir y morir desde que se nace, no hay nada más predecible a veces irónico, hipócrita y triste de lo que llamamos vida. Por lo tanto es el ser predecible no es malo, solamente es predecible y puede tender a la aburrición, sobretodo cuando uno está esperando el final de la propia historia y puede leer el final de los demás, muchas terminan en lo mismo otras son más complejas pero tienen tientes de humanidad que no se pueden evitar y por lo tanto esos tintes revelan toda la predicibilidad latente en cada uno de nosotros.
El problema radica en que ya no hay nada emocionante desde que se sabe el final de la historia, no se trata de ser pretencioso créanme sin querer queriendo como decía aquél famoso personaje he dado con los capítulos siguientes de las diferentes sagas que hay en el momento. No puedo decir que he acertado en un 100% pero bueno ahi voy, y no han sido una ni dos, sino varias. A veces pienso que debí ser antropólogo, o psicólogo o sociólogo, creo que hay una capacidad de esas que todo el mundo tiene por ahí escondidas que me permiten poder leer fácilmente los libretos, delinearlos y finalmente deducir lo elemental de cualquiera de nuestras películas. No sé, no me gusta ya poder predecir y no sentir sorpresa alguna con las historias. Cada vez me parece más un rebaño de ovejas que bramidos distintos y tonos de lana diferentes y por lo tanto el destino de aquellos rebaños ya todos lo conocemos aunque nunca pensamos en ello.
Es divertido leer las historias ajenas porque más allá de saber o no que va a suceder las similitudes con nuestra propia historia es tal que todo toma un color diferente y un significado totalmente distinto, al final en medio del rebaño estamos todos, lo intersante es ver entre tantas ovejas cúantas salen negras y la historia toma ese tono que precisamente pasará como algo de ficción, de esas cosas extrañas, surreales, utópicas y paradójicas en la existencia, precaria y joven, de la humanidad.
Igual quiero que mi "escritor", las comillas son importantes porque ahora pueden determinar a qué me refiero o no cuando lo digo, se levante pronto, o por lo menos se despabile, se tome un café bien negro, deje tanta vagabundería y porquería por ahí y se ponga a trabajar otra vez, a menos que la historia haya llegado a su fin o al menos la primera parte......
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