Amando la soledad, por que toca, por costumbre, porque no quiero enrollarme la cabeza con detalles inoficiosos (que palabra más inoficiosa pero certera), para luego tener que recoger lágrimas, o dejar de tener taquicardías nocturnas por razones que solamente el corazón entiende, lo cuál nunca es bueno.
Quiero evitar, no sé si a toda costa, aquellos roces que se pueden evitar, pero que uno nunca quiere, para ver si por fin simplemente el camino que haya adelante, si es que hay alguno, se revele y sepa a dónde iré a parar. Por ahora creo que soledad está más acostumbrada a mí que yo a ella, a veces no la soporto lo suficiente, a veces quiero que se vaya del todo, pero casi siempre, y ahí está el lío, quiero que este conmigo, porque es tan sola que es perfecta. Sin embargo soledad no es tan fácil como uno creería, siempre hay esas cosas que están en el aire que molestan esas inconformidades, de parte de ella quizás, porque no le presto demasiada atención, porque estoy tan acostumbrado que ya sé que está ahí y no me interesa en lo más mínimo tener que recordármelo, sin embargo ella con su femeneidad de vez en cuando hace alguna pataleta para hacerse notar, nada extraño, solamente molesto.
Creo que como todo terminaré luego buscándola, porque así es uno a veces de idiota, porque cuando uno lo tiene no lo quiere y cúando no es lo peor que le puede a uno suceder en la vida. Trato de llevar todo diplomáticamente, quizás sea uno de mis atributos, y por eso todo anda estable, a pesar de que no es así, pero ella no lo sabe, quizás lo intuye y me clava esos puñales helados en algún momento que me hacen divagar en medio de espacios completamente llenos en busca de alguien que realmente la necesite.
Amando la soledad porque no hay de otra, tampoco es tan malo al final puedo quejarme, decir lo que quiera y siempre seré yo el que tenga la razón, lo bueno de todo es que nunca se entera de nada, y le puedo ser infiel, no porque lo sea por naturaleza, solamente porque como todo cúando uno lo tiene ya no lo quiere y luego le hace falta, por ahora mantengamos la distancia y la cercanía, cuando sea necesario.
Quiero evitar, no sé si a toda costa, aquellos roces que se pueden evitar, pero que uno nunca quiere, para ver si por fin simplemente el camino que haya adelante, si es que hay alguno, se revele y sepa a dónde iré a parar. Por ahora creo que soledad está más acostumbrada a mí que yo a ella, a veces no la soporto lo suficiente, a veces quiero que se vaya del todo, pero casi siempre, y ahí está el lío, quiero que este conmigo, porque es tan sola que es perfecta. Sin embargo soledad no es tan fácil como uno creería, siempre hay esas cosas que están en el aire que molestan esas inconformidades, de parte de ella quizás, porque no le presto demasiada atención, porque estoy tan acostumbrado que ya sé que está ahí y no me interesa en lo más mínimo tener que recordármelo, sin embargo ella con su femeneidad de vez en cuando hace alguna pataleta para hacerse notar, nada extraño, solamente molesto.
Creo que como todo terminaré luego buscándola, porque así es uno a veces de idiota, porque cuando uno lo tiene no lo quiere y cúando no es lo peor que le puede a uno suceder en la vida. Trato de llevar todo diplomáticamente, quizás sea uno de mis atributos, y por eso todo anda estable, a pesar de que no es así, pero ella no lo sabe, quizás lo intuye y me clava esos puñales helados en algún momento que me hacen divagar en medio de espacios completamente llenos en busca de alguien que realmente la necesite.
Amando la soledad porque no hay de otra, tampoco es tan malo al final puedo quejarme, decir lo que quiera y siempre seré yo el que tenga la razón, lo bueno de todo es que nunca se entera de nada, y le puedo ser infiel, no porque lo sea por naturaleza, solamente porque como todo cúando uno lo tiene ya no lo quiere y luego le hace falta, por ahora mantengamos la distancia y la cercanía, cuando sea necesario.
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