8/11/09

Como pasa el tiempo

Ya son casi dos meses, dos meses de cambios, de otros colores, de un cielo menos estrellado, de un sol que de a poco parece más una estrella muerta que un astro rey. De un aire diferente, de sabores soportables mas no agradables, de cambiar una rutina por otra, y de acostumbrarse a ella. Ya son dos meses en los que muchas cosas no hacen falta, ya ni siquiera recuerdo muchas cosas o en realidad poco me interesan, como creo que no me interesaban antes y creo que eso no cambiará. Otras cosas que aquí permanecían estáticas, se han modificado y la rutina del otro lado fue afectada por el efecto mariposa.

De aquí en adelante es la misma o más incertidumbre que cuando decidí venir. O sea que respuestas como se pueden dar cuenta, no hay muchas, preguntas hay menos, afortunadamente, pero como siempre las incógnitas más grandes son las que más perduran en el tiempo y tardan más en resolverse. Ahora bien, las dudas despejadas la mayoría, afortunadamente son positivas, otras han tenido el efecto contrario, pero ey, nada puede ser pefecto ¿no?. Igual las sensaciones acerca del futuro son nómadas. Estando aquí me he dado cuenta que quizás una faceta que quisiera explorar sería esa, la de nómada. Todo es muy diferente a lo que uno se imagina, pero la misma cantidad de cosas exactamente iguales es también a veces ridículamente sorprendentes.

La familia aquí, como en antaño, es de fines de semana, tal cual como sería en tiempos modernos, comida para todos, tareas varias de la casa y una buena tarde con los pasatiempos preferidos por todos. Afortunadamente aquí todos parecemos tener más o menos los mismo gustos, no como en muchas familias. He visto menos cosas de las que ya había visto, aunque suene pretencioso, pero las he visto con más detenimiento, no me siento agobiado, doliente, ni padezco de algún extraño patriotismo, por ahora, aunque extraño a mis amigos, a mi madre y ciertas comodidades que aquí no se poseen, por lo menos no de entrada.

Otras cosas si me han sorprendido, la gente sigue siendo ignorante, a veces con inteligencia, de qué y quiénes somos los colombianos, pero también han dejado la inocencia gracias al internet y hay muchas agradables sorpresas. De resto la monotonía es la misma, pero en otro idioma, se siente igual pero con más frío, se vive bien, pero con menos comodidades. En fin es una relatividad por otra, y una rutina por otra, pero igual no sé si llegue a acostumbrarme, o ya tengo marcado esas cosas que jamás cambiarán y que al final inclinan la balanza.

El tiempo pasa, asombrósamente rápido por ahora para mí. Lo que es muy bueno en este momento, y espero que dure un poco más. Pero hay otras cosas que precisamente por el tiempo, hay que comenzar a pensar y errores que hay que corregir y decisiones serias que tomar. Pero con el tiempo, como todo, irán llegando esas notas con las palabras usualmente justas, para resolver el dilema.

El tiempo pasa y ahora me siento más extraño que antes, pero más orgulloso de mi otra extrañeza, esa que de alguna manera siempre me ha caracterizado, pero me siento extraño, porque soy ahora un habitante de todo, un habitante de nadie, y de ninguna parte. Soy oficialmente un completo extraño y quizás me convierta en la persona más extraña, de lo que en estos momentos ya soy para muchos, aquí y allá.

1 comentario:

Andrea Carolina dijo...

eso de sentirse o ser un extraño debe ser una sensasion completamente difrente que uiza solo se pueda sentir afuera.

me gusto eso de vivir como "nomada", ya vez, si se pueden conocer cosas de uno mismo diferentes en otros lados, auqne en definitiva somos en la mayoria de lugares, los mismos