6/4/09

Frustraciones humanas

Cada uno dentro de su propio universo, dentro de esa burbuja excelentemente forjada idealizamos al mundo en su totalidad. Quizás siempre esperamos que de alguna manera todos sean como uno, que tengan algo que para nosotros es lo máximo, algo que no puede faltar de ninguna manera en ninguna persona. De alguna manera esperamos reacciones muy propias en los demás, esperamos que de alguna manera nuestro sentido de humanidad no sea tan errado y queremos tener la razón sobre el rumbo que deben llevar las cosas.

De alguna manera pienso que eso es algo real para todos, es un comportamiento instintivo quizás, algo que nos hace sentir que estamos conservando algo, que hay algún instinto que nos late adentro y nos dice que eso es lo correcto. Y nos frustramos cuando nos damos cuenta que el mundo realmente es simplemente un universo de burbujas compartidas que por fuerza de poco espacio en el mundo chocan unas con otras y hacemos del mundo lo que es. Pero que cada una de esas burbujas tiene un propio universo y mundo ensimismado que lucha por ser el único entre todos, entre otras palabras aquello que se llama comunmente como el ego. El ego es quizás la cualidad humana más notoria, generalmente por su lado negativo y es la expresión humana quizás más fuerte que existe. Ese ego es el que nos da ideas de idealismos, comportamientos y cosas que pensamos acerca de nuestros semejantes, es la conversación interna que de alguna manera hace ese debate eterno con nosotros mismos acerca de nosotros mismos y los demás.

La frustración de ver que el mundo no es y nunca será lo que queremos que sea, por diversos motivos, quizás nos llena de un desasosiego propio, de quizás esa incapacidad para hacer del mundo lo que queremos que sea, al final mandamos todo al carajo y dejamos que todo siga su curso y cada vez nos tropezamos una y otra vez con este tipo de obstáculos que nos hacen cambiar el panorama por completo de todo aquello que nos rodea. Todo eso que de alguna manera hace parte nosotros y nos sentimos dueños de ello y que queremos cambiar, o por lo menos que se vea diferente desde algún punto de vista. Al final del camino no nos llevamos ni siquiera nuestro ego, que es lo único que realmente es nuestro pero lo que menos valor tiene y se desecha al final como un pila que se acaba. Pero durante el proceso del viaje es lo que hace que todas las burbujas se unan cada vez más y más sin llegar a reventarse.

Nos llenamos día a día de frustraciones propias o ajenas por cualquier cosa que no es como creemos que debería ser, muchas veces no hay necesidad ni siquiera de decirlas en voz alta, a veces ni siquiera de realmente pensarlas. Pero es así como acumulamos una tras otra todas esas cosas ajenas y propias que se dan día a día y eso termina afectando nuestro propio ego, irónicamente la única cosa que quizás es casi imperturbable en la mayoría de los casos, y seguimos buscando caminos para cambiar esas cosas que no están para nosotros como deberían, con otros puntos de vista, buscando otras personas, otras experiencias, probando aquí y allá, para volver a lo mismo. La gente no cambia, la esencia siempre será la misma, las circunstancias siempre cambian, pero nada es casualidad, así que al final todo cambia dentro de la misma burbuja y apretones de burbujas en un inmenso movimiento de burbujas hacia el mismo punto. Todo permanece, todo queda igual, todo se mueve pero con la misma naturalidad con la que nacemos y morimos, el mismo dolor hace parte de la felicidad y viceversa, el movimiento es todo lo que queda al final, pero siempre va hacia el mismo lado.

Pero para nosotros como seres humanos quizás el contemplar otras posibilidades, cumplir sueños, creer o no, tener fe o no, cuestionar, tratar de cambiar al mundo, a la gente, lo que nos rodea, tratar de cambiarnos a nosotros mismos es lo que hace precisamente que seamos seres, humanos o lo que sea, pero seres, estar hechos de algo, según una definición de algún diccionario. Estamos hechos de algo y ese algo hace que seamos de esa manera y demos vueltas unos contra otros buscando más preguntas que respuestas, porque quizás no es que no haya respuestas sino preguntas mal formuladas. Todo tendrá una razón de ser y no ser y seguramente ya sabemos el por qué, pero es más emocionante tratar de buscar ese por qué, cambiarlo, luchar, porque quizás esa es la adrenalina que nos hace levantarnos cada mañana a contemplar exactamente la misma vida, y vidas alrededor y seguir intentando justaponer nuestra realidad encerrada en una mini realidad, frente a las otras realidades, y seguir rodando y rodando y rodando, para al final terminar igual que siempre y volver a comenzar a rodar.

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