24/10/08

Perversiones

Hay algo intrínseco en el ser humano, algo extremadamente natural y que por más que queramos olvidarlo o tratar de ocultarlo es imposible porque hace parte de nosotros como nuestras manos, nuestro cuerpo y demás. Y todo eso se resume en nuestro lado oscuro, nuestro lado malo, nuestras perversiones. En estos últimos días que he tenido la oportunidad de ser observador de muchas actitudes, conversaciones y otras tantas cosas, me he dado cuenta que realmente todos y cada uno de nosotros tenemos perversiones y lados oscuros que solamente salen a la luz en el momento indicado, y más con la persona adecuada.

Es curioso pensar que siempre estamos tratando de no mostrar eso, de ir por ahí ocultando todo ese lado oscuro que tenemos, nunca lo nombramos de primero, siempre lo mantenemos oculto, algo que nos averguenza y por lo tanto no queremos mostrar. Eso de dientes para adentro como se dice popularmente, pero en realidad tenemos ese lado oscuro latente todo el tiempo dentro de nosotros, ya hace parte de nosotros y no lo aceptamos como tal, pero nos averguenza pensar que otros se den cuenta de ello. Y es así como todos ocultamos nuestras perversiones y lados oscuros a los demás, cuando es necesario, lo que significa casi todo el tiempo, y sólo los dejamos salir cuando estamos en compañía de alguien que nos produzca esa sensación de confianza a la cual podamos contarle nuestros más íntimos secretos.

Digamos que todo esto no es nada nuevo, todos sabemos que tenemos nuestras perversiones así no lo aceptemos abiertamente. El punto realmente es que siempre es un peso para nosotros admitirlo inclusive para nosotros mismos, nos sentimos avergonzados y nos da pena pensar que somos así o de otra manera diferente que no está bien, que es un tabú, que es una herejía para los parámetros de comportamiento social. Y nos sentimos mal, queremos ocultarlo a toda costa y cuando salen a flote por alguna circunstancia nos sentimos de alguna manera mal y que esa no es la forma de actuar. Creo que eso es lo que nos pasa a la mayoría, a mi al menos me sucede y a menudo cuando esos malos sentimientos y ese lado oscuro sale a flote en circunstancias extremas.

Ahora que he tenido la oportunidad de observar desde afuera las cosas me doy cuenta que tengo igual, menos o más perversiones que todos, que tengo un lado oscuro inclusive menos oscuro que el de otros tantos. Que tengo cosas en mi cabeza que me martirizan porque no deberían ser así, porque no quiero actuar así, pero que de alguna manera tengo una mente más sana que la de otros tantos por ahí y que puedo mostrar y sentir mi lado oscuro sin ningún tipo de prevenciones.

Todo esto no significa o justifica las acciones que puedan generar estas malas emociones o pensamientos, digamos que de alguna manera solamente nos da la tranquilidad de saber que esa dualidad hace parte de nuestra naturaleza humana y que no tenemos que sentir verguenza por esos secretos, esas actitudes y esas perversiones que tenemos en nuestra cabeza. Realmente he sentido un alivio de alguna manera en saber de primera mano que realmente todos estamos al mismo nivel y que todos de alguna manera tenemos un poco de locura extrema en nuestras cabezas y pensamientos que nos hacen muchas veces cometer errores o actuar de cierta manera. Lo digo porque he creído siempre que quizás si estoy un poco loco o que se me ha ido la mano en muchas cosas, pero a la hora de la verdad me doy cuenta que aunque muchos de mis actos no han sido correctos o pueden ser vistos de esa manera, tampoco se puede decir que estoy cometiendo algún crímen mayor por hacer algunas veces cuando me domina el lado oscuro, lo que hago. Me parece importante saber y asumir que tenemos dos caras y que ambas son igual de importantes en nuestras vidas, quizás nuestros defectos sean mucho más importantes que nuestras cualidades, ya que con eso podemos determinar muchas cosas más que cuando aparentamos ser todo lo mejor que existe.

Me siento de alguna manera más ligero al ver que de alguna manera todos y cada uno de nosotros guarda algo de lo que se siente avergonzado, y descubriendo algunas de esas cosas, mis perversiones y alucinaciones son solamente otras más de tantas otras de todo el mundo y que a la final no debo darme tan duro por aquello que hago o pienso y que a la final todos tenemos secretos, perversiones y malos pensamientos acerca de infinidad de cosas. Hemos cometido errores y nos hemos arrepentido quizás de haber hecho ciertas cosas que no deberían haber sucedido. No digo que me sienta orgulloso por algunas cosas que he hecho, por tener quizás algunas malas ideas o pensamientos con respecto a muchas cosas, pero tampoco puedo decir que me averguenzo o no pongo la cara al afrontarlo y decir abiertamente que sí, soy un ser humano y tengo miles de perversiones, he cometido muchos malos actos quizás, sigo cometiendo idioteces y sigo haciendo cosas que quizás no estén bien. No me justifico, ni puedo decir que es algo por lo cual sentirse especial u orgulloso, pero a la final ¿no hemos todos hecho eso alguna vez?. Estoy seguro que sí, cada uno de nosotros tiene algo guardado al respecto, se siente avergonzado y jura nunca más volverlo a hacer, a veces se logra, a veces no. Deberiamos antes que nada siempre reforzar todas esas cosas malas que tenemos, no al punto de que todos se enteren, pero si dejar de un lado esa imagen de la cara perfecta y poner la mala cara también de vez en cuando, pues al fin y al cabo es en parte lo que en verdad somos, nuestros miedos y cómo los reflejamos y cómo respondemos ante esas cosas que nos hacen mal.

Todos somos perversos de alguna manera y no deberíamos sentirnos mal por ello, de hecho deberíamos saber que cada vez que miramos a alguien a los ojos, ese alguien guarda dentro de si algún secreto o alguna perversión quizás más allá de lo que podamos imaginar. Así que a sentirse bien por ser perversos, mal pensados y de haber cometido actos que quizás no sepan muchos y que solo pocos conoceran en su momento, pero no ocultemos realmente que todos y cada uno de nosotros tiene un demonio dentro, que cuando sale puede ser peligroso, pero al fin y al cabo somos nosotros mismo y aunque lo podemos diezmar y lo podemos apaciguar de cierta manera, no podemos eliminarlo, porque sería acabar con una parte de nosotros y así no es la vida. Somos ying y yang y tenemos secretos, yo guardo algunos que no sé si algún día verán la luz de alguna persona, quizás si, quizás no, no pienso en eso si llega será bueno si no también será por alguna razón perversa de la vida. Pero soy perverso, soy malo, hago cosas que no son bien vistas, y lo sé, lo asumo y pongo la cara frente al mundo, esperando que simplemente me miren y me digan que está bien, ya que todos y cada uno tiene algo que esconder, por más insignificante que sea.


No hay comentarios: